Vaticano pide "alentar" a madres solteras a comulgar y bautizar a sus hijos
El Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano ha instado a los sacerdotes de todo el mundo a que animen a las mujeres que han sido madres solteras a comulgar y a bautizar a sus hijos.
Así lo aclara el dicasterio vaticano en su respuesta a una pregunta del obispo de San Francisco de Macorís (República Dominicana), Ramón Alfredo de la Cruz Baldera, que señalaba que algunas madres solteras se abstienen de comulgar por miedo al rigorismo del clero.
En una carta firmada por el cardenal prefecto Víctor Manuel Fernández, y aprobada este miércoles por el Papa Francisco, se señala que a las madres solteras que han optado por mantener a sus hijos fuera del matrimonio no se les debe impedir, sino "alentar", el acceso a los sacramentos.
Así, rechazan la actitud que se da "en algunos países" donde "tanto los sacerdotes como algunos laicos, de hecho, impiden a las madres que han tenido un hijo fuera del matrimonio acceder a los sacramentos e incluso bautizar a sus hijos".
"Las mujeres que, en esa situación, han optado por la vida y llevan una existencia muy compleja a causa de esa opción, se las debe alentar a acceder a la fuerza sanadora y consoladora de los sacramentos", insiste el dicasterio vaticano.
El caso concreto de las madres solteras y las dificultades para acceder, ellas o sus hijos, a los sacramentos fue denunciada ya por el Papa Francisco cuando era cardenal de Buenos Aires. "Hay presbíteros que no bautizan a los chicos de las madres solteras porque no fueron concebidos en la santidad del matrimonio. Estos son los hipócritas de hoy", señaló.
En este sentido, Doctrina de la Fe anima a trabajar pastoralmente en la iglesia local para hacer comprender que el hecho de ser madre soltera no impide el acceso a la Eucaristía.
En todo caso, precisa que "ciertamente hay 'situaciones difíciles' que es necesario discernir y acompañar pastoralmente". "Puede ocurrir que alguna de estas madres, dada la fragilidad de su situación, algunas veces recurra a vender su cuerpo para sostener su familia. La comunidad cristiana está llamada a hacer todo lo posible para ayudarle a evitar este gravísimo riesgo, más que juzgarla duramente", subraya.