El afectado, Rob Shepherd, residente en Portslade (Inglaterra), ha hecho pública la desagradable situación que esta viviendo con su vecino, quien, tras unas discursiones continuadas, ha decidio instalar en la ventana de su compatriotra una valla de madera de casi dos metros de altura.
Michael Fitzsimons, no requería permiso de construcción para instalar la valla, ya que ambas casas formaban parte de un mismo edificio, encontrándose las viviendas a escasos centímetros.
Esta pesadilla comenzó “cuando el vecino usaba herramientas eléctricas y su hijo tocaba música para ahogar el ruido”, indicaba Rob. Esta venganza ha sumergido su casa en casi una total oscuridad, obligándole a utilizar la luz artificial todo el día.
Rob denuncia que la situación está afectando a la salud de su familia; uno de sus 3 hijos tiene autismo y, además, su esposa padece un TAE (trastorno afectivo estacional), provocándole depresión en algunas épocas del año, especialmente en invierno. Además, esta valla supone un gran peligro para la seguridad de esta familia ante posibles incendios, por lo que el padre está desesperado por encontrar una solución ante esta horrible situación.
Ahora, Rob quiere hacer pública su denuncia y que llegue al mayor número de población e intenta aferrarse al ¨derecho de luz¨, con el que Michael se vería obligado a derribar la valla.
Además, de perjudicar la salud de su familia, esta venganza no será barata: Rob tendrá que recurrir a abogados que puedan ayudarle a derribar esta valla, costándole miles de euros.