Antonio, el niño sin ojos que sueña con conocer a su ídolo Pablo López

Hace poco más de cuatro años, Antonio vino al mundo trayendo consigo una palabra desconocida para su familia: anoftalmia bilateral, una rara condición que le hizo nacer sin ojos. “Nunca la habíamos oído”, recuerda su abuela Merche. Tras la sorpresa inicial, Antonio y su familia enfrentaron desafíos y aprendieron a vivir sin miedo, con luz y con música, su mayor pasión.

La anoftalmia bilateral es una enfermedad rara que afecta a uno de cada 20.000 niños en España, y el caso de Antonio ha sido una prueba de perseverancia para sus padres. Durante el embarazo, no se detectaron anomalías, pero tras su nacimiento en enero de 2020, la familia se sumió en un mar de consultas, citas y suspensiones causadas por la pandemia. En medio de la incertidumbre, crearon una página en redes sociales para pedir ayuda, y así conocieron al protésico ocular José María Martínez, quien, aunque sin garantías, prometió intentar todo.

Gracias a la solidaridad de seguidores anónimos, Antonio ha pasado por cuatro operaciones en Granada para colocar prótesis oculares, con un coste de unos 15.000 euros cubiertos con donaciones. Ahora, Antonio está cada vez más cerca de tener una apariencia normal y vive una infancia plena, llena de su otra gran pasión: la música.

El sueño de conocer a Pablo López

Con tan solo 4 años, Antonio asiste a clases de piano y percusión, y es un auténtico fan del cantante malagueño Pablo López. Su canción favorita es “La niña de la linterna”, tal vez porque él conoce bien lo que es vivir sin luz. "Queremos que Antonio le conozca y le pueda tocar", expresa su familia, esperanzada en que el mensaje llegue al artista. Para Antonio, sus manos son sus ojos, y la música, su ventana al mundo.

A sus cortos años, Antonio ha demostrado ser un luchador: tras el nacimiento, abrió los párpados, a pesar de que nadie pensaba que lo lograría. Hoy, la familia espera que pueda cumplir un sueño más fácil: sentir en persona la música de su ídolo, Pablo López.