El consumo de drogas ha bajado por el cierre del ocio nocturno, según un trabajador social
Juan Carlos Álvarez, trabajador social del Centro de Atención a Drogodependientes San Juan de Dios de Palencia, ha explicado que el consumo de drogas ha bajado desde el comienzo de la pandemia de COVID-19 debido, entre otros factores, al cierre del ocio nocturno.
"El consumo conjunto también se ha retraído como consecuencia de la prohibición del ocio nocturno en espacios colectivos, que habría hecho caer el interés por el uso de sustancias con propósito recreativo-social", apunta el experto.
A través del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA), se conoce que durante 2020 el consumo general de drogas descendió en nuestro país en todos los rangos de edad y en ambos sexos. Sin embargo, el dato general es demasiado simple para explicar el impacto de la pandemia en los patrones de consumo de sustancias y en la problemática asociada, por lo que debemos considerar dos periodos diferenciados en la evolución del fenómeno.
En la etapa de confinamiento general obligatorio, la extrema limitación de la movilidad ciudadana y el intenso control policial en las calles determinaron un difícil acceso a las drogas ilegales. "Las circunstancias fueron duras para algunas personas con adicción, quienes, inevitablemente, sufrían la privación. El malestar por la abstinencia impulsaba algunas demandas de tratamiento en situaciones ciertamente críticas, emergencias que llegaban al centro específico directamente o por derivación desde servicios sociales y sanitarios", señala Álvarez.
Tras estas semanas de severas restricciones, se abriría un segundo periodo en el que la distribución de drogas ilegales se habría adaptado con asombrosa agilidad, según señala el Informe Europeo sobre Drogas 2021, emitido por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, normalizando la accesibilidad de las sustancias.
Sobre el descenso general y con respecto a los distintos tipos de drogas, según la OEDA, es excepción el consumo de psicofármacos hipnosedativos (tranquilizantes e inductores del sueño) sin receta médica. Durante 2020 han experimentado en España un notable crecimiento: prevalencia de consumo antes de la pandemia del 1,9 por ciento; y durante la pandemia del 3,1 por ciento. Constata el OEDA, además, el uso de analgésicos opioides sin prescripción facultativa.
Además, desde el Centro Asistencial San Juan de Dios de Palencia llaman la atención "sobre el fenómeno emergente del envejecimiento y la soledad en los consumidores de drogas de perfil crónico, en los que, a menudo, concurren enfermedades cuyo pronóstico ha podido verse ensombrecido por unas peores pautas de autocuidado y por unos seguimientos y tratamientos insuficientes, condicionados por un entorno sanitario asistencial fuertemente limitado por la pandemia".
Por último, algunos expertos han alertado sobre la posibilidad de que, en el futuro próximo, una vez que la presión por la pandemia dé lugar a una percepción social benévola, pueda registrarse un fuerte aumento del consumo hedónico de drogas, anunciando la posibilidad de un problema social y sanitario al que deberíamos responder desde el conocimiento científico del que hoy, mucho más que hace cuarenta años, podemos servirnos.