La historia de Ana Hoyo es una de esas que confirman la existencias de héroes sin capa cotidianos. Esta enfermera que paseaba por el paseo marítimo de Benidorm, detectó junto a su marido médico, a Martina, una pequeña de dos años, que había perdido el conocimiento tras sufrir un ataque hipoglucémico. La valiente enfermera acudió decidida en ayuda de la pequeña, salvando su vida.
El abuelo de la pequeña, cuenta que fueron de los peores momentos de su vida y que todo ocurrió en un segundo. Al igual que Ana, la familia había salido a pasear esa soleada mañana de Año Nuevo, cuando Martina comenzó a convulsionar hasta que acabó perdiendo el conocimiento.
La familia rápidamente buscó ayuda y los agentes de Policía Local acordonaron la zona. La suerte apareció de la mano de Ana Hoyo que, junto a su marido, se identificaron como sanitarios y tomaron el control de la situación. Ana se percató automáticamente de que la pequeña sufría un ataque hipoglucémico, pidiendo al abuelo que trajese unos azucarillos. La enfermera le puso el azúcar debajo de la lengua a la niña que poco a poco fue recuperando el conocimiento.
Con el recuerdo del susto, pero el alivio de que todo quedara en eso, Ana, Martina y su familia se han reencontrado para estrechar lazos y hacer evidente un agradecimiento que será eterno, y que pone de manifiesto la importancia de saber cómo reaccionar ante casos como este con nociones básicas de primeros auxílios.