Un festival de música en el patio de casa de Anna, que tiene cáncer de mama
"Dura hasta que acabe la radioterapia"
El patio de la casa de Anna se ha transformado en un vibrante festival de música durante las tres semanas que ha estado recibiendo radioterapia. A sus 30 años, y con un diagnóstico de cáncer de mama metastásico, Anna se ha visto obligada a pasar el verano en recuperación. Sin embargo, la música ha llenado ese tiempo de pausa con compañía, alegría y, sobre todo, solidaridad. El ciclo de conciertos no solo ha traído entretenimiento, sino que ha servido para recaudar fondos destinados a la investigación del cáncer.
Hace dos años que Anna convive con el cáncer de mama metastásico. "Hace unos meses me dijeron que me podían operar y eso era una buena señal, pero durante todo julio y agosto tenía que estar recuperándome y recibiendo radioterapia", recuerda. En ese momento, sus seres queridos decidieron transformar su situación en algo inolvidable.
Elies, uno de sus amigos más cercanos, fue quien ideó el festival: "El día que le dijeron que tenía que operarse, estaba triste porque debía quedarse en casa. Por eso quise hacer de su casa el lugar más guay de Barcelona", explica. Así nació un ciclo de conciertos que se abrió al público el 26 de agosto, justo cuando Anna comenzaba su primera sesión de radioterapia.
Lo que comenzó como un pequeño evento entre amigos terminó convirtiéndose en un festival solidario al que se accede mediante donativos destinados al Reto Metástasis del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona. Los fondos recaudados apoyan la investigación del cáncer de mama metastásico, una enfermedad que aún no tiene cura.
"Desde el principio sabíamos que debía ser algo benéfico", cuenta Anna. "Nos planteamos un objetivo de 5.000 euros, que alcanzamos antes de que empezaran los conciertos. Ahora vamos por 8.600, y la campaña estará abierta hasta el 30 de septiembre", detalla con entusiasmo.
Aunque los efectos de la radioterapia han empezado a pasar factura, Anna reconoce que esta experiencia ha cambiado su perspectiva del verano. "Estoy más cansada, pero ha sido una maravilla. En lugar de recordar este verano como el de la radioterapia, lo recordaré por los conciertos", dice emocionada. Además, espera que su iniciativa inspire a otras personas que también luchan contra el cáncer: "Cuando somos pacientes de cáncer metastásico, nos damos cuenta de lo importantes que son acciones como esta. Es una enfermedad que mata a miles de personas cada año, y no tiene cura".