Es muy habitual, que tras una larga vida de trabajo, las personas mayores acaben encontrando restos de materiales de trabajo incrustados en su cuerpo, sin que la propia persona pueda darse cuenta a simple vista, como puede ser el caso de diminutas astillas de hierro. Sin embargo, a veces se producen casos muy extraños como el de este anciano chino de 95 años.
Zhao He, veterano de guerra que recientemente sufrió una caída aparatosa desde el balcón de su casa Shandong (China). Tras acudir al médico para hacerse un chequeo de los daños, con una radiografía incluida, el veterano de guerra descubrió para su sorpresa, que llevaba viviendo 77 años con una bala incrustada en su cuello.
Y es que, en un principio, la caída no le causó dolores, pero con el paso de los días comenzó a sentir una leve molestia en el cuello. Su hijo fue quien finalmente, lo llevó al médico para que le chequearan con una radiografía, que les desveló que tenía un cuerpo extraño que más tarde identificaron como una bala vieja.
Wang, su yerno, ha asegurado que "resultó herido mientras transportaba a un camarada herido a través de un río durante una de las batallas", y que "también hay metralla en otras partes de su cuerpo". Según las sensaciones del propio afectado, esa bala podría haber entrado en su cuerpo por el lado izquierdo de la nariz, perforando su mandíbula superior y arrancándole los dientes antes de alojarse en el cuello.
Al determinar que la bala se encuentra cerca de algunos vasos sanguíneos importantes y que hasta el momento no había ocasionado ningún problema, los médicos comunicaron a Zhao He que lo más adecuado sería dejarla dentro. "He estado sano siempre, así que no hay razón para cambiar las cosas ahora", aseguró el anciano.