Inversiones contra VIH, tuberculosis y malaria han salvado 65 millones de vidas

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Las inversiones en la lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria han contribuido a salvar un total de 65 millones de vidas y a reducir la tasa de mortalidad combinada de las tres enfermedades en un 61 por ciento desde 2002, según un nuevo informe del Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria.

"No son meras cifras", ha afirmado el director ejecutivo del Fondo Mundial, Peter Sands. "Cada una de las 65 millones de vidas salvadas y cada infección evitada tienen un efecto multiplicador en las familias, las comunidades y países enteros", ha dicho.

En las dos últimas décadas, el impacto logrado por la asociación del Fondo Mundial ha dado lugar a mejoras "espectaculares" en la esperanza de vida: la desigualdad mundial en la esperanza de vida entre países se redujo en un tercio entre 2002 y 2019. La mitad de este descenso se debe a la reducción de la mortalidad del sida, la tuberculosis y la malaria.

Según el informe, en 2023, los programas de lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria financiados por el Fondo Mundial lograron recuperarse completamente de las interrupciones causadas por la Covid-19.

En lo que se refiere al VIH, la asociación del Fondo Mundial siguió avanzando en el despliegue del tratamiento del VIH, con una cifra récord de 25 millones de personas que reciben tratamiento antirretroviral.

En 2023, también realizó 53,8 millones de pruebas del VIH y llegó a 17,9 millones de personas con servicios de prevención del virus. Asimismo, promovió un mayor acceso a opciones de prevención eficaces, como la profilaxis oral previa a la exposición (PrEP) y el anillo vaginal de dapivirina.

Sin embargo, siguen existiendo obstáculos relacionados con los derechos humanos, como leyes, políticas y prácticas punitivas como la estigmatización, la discriminación y la violencia, incluida la violencia de género, que en muchas regiones del mundo impiden que las personas tengan acceso a servicios de prevención, pruebas, tratamiento y atención del VIH.

"La lucha contra las enfermedades es tanto una lucha por la justicia y la equidad como una lucha biomédica", ha afirmado Sands. "Incluso las herramientas biomédicas más innovadoras fracasarán si quienes más las necesitan no pueden acceder a ellas", ha agregado.

Los programas de tuberculosis financiados por el Fondo Mundial registraron una recuperación completa de las interrupciones relacionadas con la Covid-19. Gracias al empleo de herramientas innovadoras y enfoques novedosos, más de 7,1 millones de personas con tuberculosis recibieron tratamiento, 121.000 recibieron tratamiento para la tuberculosis farmacorresistente y 2 millones de personas expuestas a la enfermedad recibieron tratamiento preventivo.

Sin embargo, la tuberculosis farmacorresistente, una de las principales causas de mortalidad relacionada con la resistencia a los antibióticos, es una amenaza creciente. En cuanto a la malaria, el Fondo Mundial aceleró el despliegue equitativo de herramientas de prevención, pruebas y tratamiento.

SISTEMAS DE SALUD Y COMUNITARIOS MÁS SÓLIDOS 

Más allá de las tres enfermedades, el informe también ilustra la contribución del Fondo Mundial para fortalecer los sistemas de salud y comunitarios, reducir las desigualdades mundiales en materia de salud y acelerar los avances hacia la cobertura universal de salud.

Por ejemplo, el informe demuestra por primera vez cómo las inversiones del Fondo Mundial en VIH durante las dos últimas décadas han mantenido sanas a millones de personas, evitando 1.660 millones de días de hospitalización que de otro modo se habrían utilizado para actividades relacionadas con el virus y 1.360 millones de visitas ambulatorias, lo que equivale a ahorros por un valor de 85.000 millones de dólares (76,4 millones de euros).

"Cuando las tres enfermedades absorben más del 50 por ciento de los recursos del sistema de salud, el impacto de la reducción de su carga en el rendimiento general de este puede ser enorme", ha afirmado Sands.

"Significa una menor mortalidad infantil y materna y menos muertes por traumatismos agudos y otras afecciones. Además, nuestras inversiones continuas en trabajadores de salud comunitarios, laboratorios, cadenas de suministros, sistemas de vigilancia de enfermedades y otros componentes del sistema de salud preparan mejor a los países para prevenir, detectar y responder a otras enfermedades como la mpox o futuras pandemias", ha expresado.

Entre 2024 y 2026, el Fondo Mundial tiene previsto invertir hasta 6.000 millones de dólares (5.300 millones de euros) en sistemas de salud y comunitarios para ayudar a los países a mejorar los resultados sanitarios en todas las enfermedades, prepararse frente a futuras pandemias y trabajar para lograr la cobertura universal de salud.

CRISIS CONCURRENTES, ASOCIACIONES DE MAYOR CALADO 

Según el Fondo Mundial, las crisis como la del cambio climático tienen un impacto directo en la lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria. Como respuesta, el Fondo Mundial adaptó sus intervenciones para prestar un apoyo ágil a través de flexibilidades en las subvenciones, la reprogramación y la provisión de fondos de emergencia.

Por ejemplo, ha reprogramado sus subvenciones para atender mejor a las comunidades atrapadas en los conflictos cada vez más intensos de Sudán, Ucrania y Oriente Medio. Para ayudar a los países a adaptarse al impacto de fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, reestructuró las subvenciones y ofreció acceso a fondos de emergencia en países como Zambia, Kenya y Somalia.

El Fondo Mundial invierte el 70 por ciento de su financiación en los 50 países más vulnerables al clima. Para hacer frente a los obstáculos relacionados con los derechos humanos y el género en el acceso a los servicios de salud, la asociación amplió la iniciativa Breaking Down Barriers, garantizando la inclusión y la equidad en la prestación de la atención sanitaria.

El Fondo Mundial se compromete a maximizar el impacto colectivo de los esfuerzos mundiales en materia de salud, especialmente ahora que el mundo se enfrenta a una serie de crisis concurrentes. Ya ha establecido varias líneas de trabajo de amplio alcance con asociados como Gavi, la Alianza para las Vacunas y el Mecanismo Mundial de Financiación, y seguirá colaborando estrechamente con asociados de larga data como la Organización Mundial de la Salud, el Banco Mundial, Unitaid y otros para salvar más vidas y acelerar los avances hacia el tercer Objetivo de Desarrollo Sostenible de salud y bienestar para todos.