El Papa no presenta fiebre, come con normalidad y ofrece una misa desde el Hospital

Papa Francisco

El Papa Francisco, que permanece ingresado desde el domingo en el hospital Policlínico Gemelli de Roma tras una operación por un problema en el colon, continúa evolucionando bien, no ha vuelto a tener fiebre y ha reanudado su trabajo.

Además, este jueves por la tarde, celebró una misa el jueves en la capilla de su apartamento privado del centro clínico, en la que participaron los facultativos que le asisten en estos días de hospitalización.

"Su Santidad el Papa Francisco pasó un día tranquilo con una evolución clínica normal. Sigue comiendo con regularidad y continúa con los tratamientos programados. Caminó por el pasillo y reanudó su trabajo, alternándolo con momentos de lectura de textos", ha informado el Vaticano en el comunicado diario con el que actualiza el estado de salud del Pontífice.


"El Santo Padre da las gracias por los numerosos mensajes de afecto y cercanía que recibe a diario y pide que se siga rezando por él", añade la Santa Sede.

Esta previsto que Francisco pase siete días hospitalizado tras su operación y ya ha pasado su quinta noche en una habitación de la décima planta del hospital Policlínico Gemelli de Roma, donde ingresó el pasado domingo a las 13:00 horas para someterse a una intervención quirúrgica que ya estaba programada con anterioridad. Se encuentra ingresado en la misma planta donde estuvo Juan Pablo II tras sufrir un atentado en 1981.

La operación de Francisco duró tres horas y le fue aplicada anestesia general. Su agenda para los próximos días se verá reducida. Durante el mes de julio, como es habitual, se han suspendido las audiencias generales de los miércoles. El próximo viaje internacional del Pontífice está programado del 12 al 15 de septiembre a Eslovaquia, según anunció él mismo.

Desde que empezó su papado, Francisco sólo había sido operado de cataratas en diciembre de 2019. En aquella ocasión se trató de una simple intervención en la vista, de rutina, realizada con láser, que no hizo que el Papa tuviera que ser ingresado más allá de unas pocas horas que no influyó en su agenda.

El propio Pontífice lo avisó durante una visita a la cárcel romana de Regina Coeli. "Hace bien una renovación porque a mi edad, por ejemplo, vienen las cataratas y no se ve bien la realidad: el año que viene tendré que operarme", había comentado él mismo mientras conversaba con los detenidos de la prisión de Roma.