Virginia, una embarazada tras haber salido de la UCI: "Es mucho más lo que ganas con la vacuna que lo que podrías perder"
El cansancio, la tos y la fiebre llegaron. Tras decirle en el centro de salud que se quedara en casa, no podía respirar bien.
Después de no poder respirar, le hicieron una placa en el hospital Gregorio Marañón, la cual mostró una neumonía bilateral. Coronavirus tras ingresarla y después la UCI, le tuvieron que hacer la cesárea. María Reina estaba embarazada de 31 semanas. Tras días de miedo e incertidumbre, esta mujer tiene clarísimo el mensaje a otras embarazadas: "que no lo duden, es mucho más lo que ganas con la vacuna que lo que podrías llegar a perder si te enfermas de covid, hay que hacerlo".
Pero esto llegó en mayo, cuando detectaron en los hospitales un aumento de los ingresos de las embarazadas, e incluso la muerte de al menos tres. Desde entonces los médicos han alertado sobre la importancia de la vacuna en las personas embarazadas.
En abril el estudio internacional Intercovid coordinado por la Universidad de Oxford, cifró un 50% de riesgo durante en embarazo y los bebés. Virginia Ortega, ginecóloga del Marañón, alude los resultados preliminares del registro epidemiológico hecho en Estados Unidos con 36.000 mujeres inmunizadas con dosis de ARN mensajero. "Los efectos secundarios son prácticamente iguales que los observados en mujeres de la misma edad no embarazadas. Las consecuencias de no vacunarse son mucho mayores que las de no vacunarse.
El hecho de estar embarazada es un 2% más de probabilidad de estar ingresada durante el covid, 10 veces más que las que no lo están. Pero al embarazo hay que sumarle otros factores "como diabetes, hipertensión u obesidad, es clarísimo que el riesgo es bastante alto".
El tamo de edad de los 20 a los 29 estando embarazada es menor riesgoso. Pero en España muchos embarazos se producen bien entrada en la treintena.
En la quinta ola, el número de gestantes ha supuesto un número mucho más elevado.
El Marañón da sus cifras: “En los meses de julio y agosto, hemos tenido 8 embarazadas ingresadas en UCI con covid”. Marta Jover, una de las enfermeras de UCI que trató a Reina y a Valeria, rememora el incremento que han visto durante el verano: “Hemos llegado a tener cuatro o cinco a la vez”.
Noelia González, noenatóloga del centro: “En esta última ola hemos tenido un montón de casos de cesáreas con edades estacionales más inferiores, que son de mucho más riesgo y que han necesitado ingreso en UCI. La evolución de todos ha ido bien, pero con las complicaciones que tiene nacer incluso a veces por debajo de la semana 28”.
Marta Jover asegura que “Hay que añadir riesgos de la gestación como son la prematuridad. Nos hemos visto obligados a finalizar de forma prematura muchos de estos embarazos, dado el estado grave de la paciente y la inestabilidad respiratoria”, detalla la ginecóloga. La repercusión no es solo para la paciente, también para las familias. “Muchas de ellas, como están intubadas, no saben lo que están pasando, pero sí sus familiares”, dice.
Se debe acabar la gestación porque si no, sería peor para ellas y para el bebé: “Para ellas el impacto es importante, ellas contaban con que iban a llegar al final del embarazo, con que iban a poder estar con sus niños, con su pareja. Y en estas cesáreas [por la situación pandémica] están solas, encajar eso es complicado”. El componente emocional, añade Jover, la enfermera de críticos, “es muy grande” y también “les afecta físicamente”. “Vienen con miedo. Ya solo entrar en la UCI por covid es estresante. Y las embarazadas tienen una doble preocupación, casi todas más por el bebe que por ellas mismas”.
Es lo que le ocurrió a María, la cual tuvo a su hija Valeria en la semana 32, con 1,7 kilos "sigue con aporte de oxígeno y necesita sonda para comer porque no puede hacerlo por la boca, pero no ha tenido ninguna complicación importante y va todo bien" explica González.
Tiene buen pronóstico. La historia no se torció, pero podría haberlo hecho. Y ese era el miedo de su madre. Sobre todo mientras estuvo en críticos: “Anímicamente es muy fuerte ver a tanta gente pasándolo tan mal. A mi lado había alguien en un estado muy deteriorado. El mismo día que yo ingresé, durmieron e incubaron a otra mujer a mi lado. Eso la golpea a una mucho. Lo pasé mal, tuve miedo, estuve muy asustada”. Tuvo una buena evolución y eso la ayudó a salir adelante. Luego llegó la cesárea.
“Sufrí mucho, lloré mucho. Una siempre espera llegar a término y con 31 semanas no sabes si va a estar bien o mal o piensas cómo voy a salir yo de esto”, recuerda. Salieron las dos, pero por separado. Las circunstancias en las que el virus mantiene a los hospitales, y el hecho de haber sido un parto prematuro, obligó a madre e hija a estar en espacios separados. Cada una a una UCI. Jover, la enfermera, cuenta que al día siguiente Reina le enseñaba fotos de Valeria en el móvil: “Pero me decía que no se la veía bien. Yo pensaba ¿pero cómo la vas a ver bien? Ella lo que quería era abrazarla, pero no podía, ni ver a su marido ni a su familia. Es duro”. Después de casi cinco días, pudo hacerlo.
El primer trimestre es el más riesgoso del embarazo, “Pero en el segundo sí la hay de que aumenta el riesgo de muerte fetal intraútero. Al final de este trimestre, como ocurre en el tercero, crece el riesgo de prematuridad. Y para la mujer, el de neumonía, de ingreso en la UCI y de otras complicaciones asociadas, como el tromboembolismo y hemorragias”, explicó Martínez.
Todo ello aumenta en el último trimestre: “Cuando además irrumpe la preeclamsia, una afección multiorgánica que eleva la tensión y que también hace necesario adelantar el parto”. Es entonces, dice Ortega, la ginecóloga, cuando han detectado “los efectos secundarios más altos de la enfermedad en embarazadas”.
Insisten en la inyección. Insiste la ginecóloga Ortega, la enfermera Jover, la neonatóloga González, insisten los expertos en general, el Ministerio de sanidad y la Comunidad de Madrid, que abrió un circuito preferente para inmunizar a embarazadas el 9 de agosto. ue abrió un circuito, al que pueden ir en cualquier momento, sin cita. Insiste María Reina, que ahora habla de “la luz al final del túnel” con alguna risa entre medias que frena cuando sigue la frase: “Que se vacunen”. Esa es su recomendación. Lo que no recomienda a nadie es pasar por donde ella ha pasado. Jover tampoco: “Hay muchos casos en la UCI, muchos salen bien, pero otros salen mal”.