La joven, natural de Estados Unidos, se administró la segunda dosis de la vacuna de Pfizer como muchas otras personas este último año. Tras pasar 24 horas con fiebre, fatiga y dolores musculares, apreció un día varias llagas en su zona genital, por lo que decidió ir al médico.
A pesar de la prescripción de antibióticos, lo cierto es que a los pocos días las llagas que tenía se pusieron peor, con un anillo alrededor "necrótico y purulento". Esto provocó que los dolores crecieran exponencialmente, incluso haciendo que la chica fuera incapaz de caminar.
Tras volver al médico se le hicieron varias pruebas a la paciente que descartaron que tuviera el Covid u otras enfermedades como el herpes. De este modo, los médicos llegaron a la conclusión de que la chica había desarrollado las conocidas como úlceras de Lipschütz, que se cree que se desencadenan por una respuesta inmune a una infección viral.
Este caso es el primero de este tipo del que se tiene constancia con el Covid, mientras se sigue estudiando si las llagas fueron consecuencia directa de la vacuna. Aunque es cierto que en algunos casos la vacuna de Pfizer ha provocado llagas o infecciones como efecto secundario, tanto la zona genital como la violencia de las llagas son un efecto secundario totalmente nuevo que los expertos ya están estudiando.
La chica, por su parte, ha conseguido mejorar en las últimas semanas, estando ahora atendida por un especialista.
