La comida y las emociones están interconectadas de diversas maneras, y esta relación "puede ejercer un impacto en la salud mental y emocional", ha asegurado la psicóloga sanitaria, especialista en Trastorno de la Conducta Alimentaria y directora del Centro de Psicología Integral SusanaRodVar de Sevilla, Susana Rodríguez, al tiempo que ha indicado que la relación entre la comida y las emociones es "compleja y multifactorial (bio-psico-social)".
Los alimentos que se consumen afectan a la química cerebral y pueden modificar las emociones. "Por ejemplo, los alimentos ricos en triptófano, pueden aumentar la producción de serotonina en el cerebro, lo que está relacionado con la mejora del estado de ánimo y la reducción de la ansiedad; las deficiencias de ciertas vitaminas, como la vitamina D y la vitamina B12, se han asociado con síntomas de depresión; o un consumo excesivo de azúcar puede contribuir a un aumento rápido de energía seguido de una caída abrupta, lo que puede influir en los cambios de humor, irritabilidad y ansiedad", ha explicado la especialista.
Sin embargo, la psicóloga ha recordado "que aunque la comida puede influir en el estado emocional más saludable, la salud mental es compleja y en ella intervienen múltiples factores".
Rodríguez ha profundizado sobre la relación entre la comida y las emociones en la VIII Convención Nacional de Confederación de Alcohólicos, Adictos en Rehabilitación y Familiares de España (CAARFE).
"Los estudios neurobiológicos han encontrado similitudes en la actividad cerebral de las personas con trastornos de la alimentación y las personas con adicciones a sustancias. En ambos casos, hay una activación de las vías de recompensa en el cerebro, lo que sugiere que el sistema de recompensa puede estar involucrado en respuesta a ciertos alimentos o comportamientos alimentarios compulsivos", ha argumentado Rodríguez.
"En cada uno de los eventos que organizamos desde CAARFE buscamos que las personas en rehabilitación aprendan cosas nuevas que les ayuden a mejorar su calidad de vida en esta nueva etapa en la que se redescubren ellos y ellas mismas, a sus familias y a la vida en general", ha explicado el presidente de CAARFE, Ángel Jiménez.
La relación con la comida, según la experta debe ser "flexible, variada y equilibrada, entendiendo que una alimentación sana debe nutrir cuerpo y mente". "En las personas con adicción, la relación con la comida puede ser un desafío adicional que requiere una atención especializada. El tratamiento debe ser integral y con un apoyo continuo", ha concluido la experta.
Por su parte, desde CARRFE aseguran que la presencia de la familia de las personas en proceso de rehabilitación es también fundamental en los eventos que organizan. "La familia ha sufrido junto con la persona con adicción. Muchas veces hay codependencia entre sus miembros en algunos de ellos y que entiendan la enfermedad y aprendan a vivir de otra manera es importantísimo", ha indicado Mª Ángeles Gómez, representante de los familiares en CAARFE, que ha añadido que "por este motivo en los contenidos del programa siempre hay espacio para ellos, en esta ocasión tenemos una mesa de hermanos y hermanas".