Uso
Las terapias dirigidas a privar enzimas epigenéticas, las encargadas de regular el ADN, se han convertido en un tratamiento de tipo estándar para pacientes con leucemia, linfoma y mieloma múltiple, aunque su administración como agentes únicos dan una respuesta moderada, por lo que es imprescindible entender los mecanismos de acción contra el tumor para desarrollar las terapias combinadas más efectivas y en su mayor medida curativas.
Los científicos afirman que los inhibidores epigenéticos reactivan la expresión de genes escondidos en las célilas tumorales, entre ellos los genes endógenos retrovirales que han ido integrando en las células de mamíferos y han permanecido escondidas durante siglos.
Las células tumorales procedentes de humanos reacción de forma parecida a como lo hace ante una infección vírica, desarrollando respuestas inmunes antivirales que llevan a la muerte del tumor.
En estudios anteriores pudieron identificar unos fármacos inhibidores de dos moléculas epigenéticas con una potente actividad antitumoral y, ahora, han descubierto que la respuesta a esta terapia se basa en la identificación innata de la célula tumoral a estos retroelementos, lo que hace que consuma la energía intracelular de forma masiva y promoviendo el fallecimiento de las células tumorales mediante mecanismos independientes del sistema inmune de cada persona.
Experimentos con las muestras celulares
El trabajo realizado describe el cambio del metabolismo celular, consecuencia del propio mimetismo viral, es capaz de sensibilizar a los tumores a fármacos inhibidores de las proteínas que controlan la muerte celular. Este novedoso y avanzado mecanismo se basa en que los genes virales sean reconocidos por unas proteínas, las llamadas helicasas que son las causantes de una catástrofe energética en las células del tumor, llevando a ellas a su muerte.
El futuro que da esperanzas
Se abre así un nuevo capítulo en la investigación oncológica, ya que el estudio termina con las combinaciones terapéuticas que incluyen fármacos epigenéticos que son muy efectivas en numerosos tumores, con independencia de sus características histopatológicas.
Han hallado una evidencia clínica en este nuevo mecanismo en un paciente con leucemia mieloide aguda, sugiriendo así para los investigadores que una terapia combinada podría ser igualmente efectiva con otros cánceres incurables.