Científicos logran disminuir tumores en ratones, como el cáncer de pulmón
Científicos en cáncer de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve (Estados Unidos) han conseguido reducir el crecimiento de algunos tumores sólidos en modelos de estudios a través de un tratamiento de unas células inmunitarias llamadas macrófagos.
En su investigación, compartido en la revista científica divulgadora 'Nature Immunology', los científicos desarrollan que este hallazgo es relevante porque muchos cánceres de tumores sólidos como el del pulmón, son arduos de llevar.
El resultado, una reducción significativa del tumor en algunos modelos de ratón
Los investigadores encontraron la alteración del metabolismo de los macrófagos - y al hacerlo influir en su relación con las células T- se comprimía el crecimiento del tumor. El resultado final fue una reducción notable del tamaño total del tumor en algunos modelos de ratón.
"La carrera por encontrar una cura para el cáncer nunca se detiene. Nuestra investigación crea una vía para una [potencial] nueva forma de tratamiento del cáncer para los enfermos de tumores sólidos", justifica el jefe del trabajo, Stanley Huang.
De manera general, la respuesta inmunitaria del organismo a las adversidades provoca la movilización de glóbulos blancos que defienden al organismo de invasores como gérmenes o bacterias.
Los macrófagos son un tipo de glóbulo blanco especializados que suprimen las células invasoras para eliminar los patógenos. Se hacen llamar los "soldados de primera línea" del sistema inmunitario y pueden activar las células T, que son otro tipo de glóbulos blancos.
No obstante, aunque su función tradicionalmente sea protectora, los macrófagos pueden ser cooptados por las células tumorales para incrementar su crecimiento.
Dirigirse a los macrófagos y a la proteína PERK
Cuando el cáncer crece y los macrófagos interactúan con las células tumorales, elaboran una proteína de respuesta que el estudio lo acompaña con el crecimiento del tamaño del tumor.
El grupo tenía la esperanza de dirigirse a los macrófagos y a esa proteína - conocida por los investigadores por su abreviatura, PERK ("proteína quinasa R" (PKR), parecida a la quinasa del retículo endoplásmico) para impedir el crecimiento del tumor.
"Anular la PERK suprime la señalización metabólica descendente en los macrófagos tumorales, lo que da lugar a más células T para luchar contra las células cancerosas", explica Huang.
La realización del estudio ha sugerido que la proteína PERK interviene en varias vías clave del metabolismo de los macrófagos, y que cuando se elimina el gen, los macrófagos ya no pueden desarrollar el crecimiento del cáncer, lo que conlleva a que los tumores se reducen cada vez más.
Las pruebas de seguimiento descubrieron además que el protocolo combinado de un fármaco inhibidor de la PERK con un inhibidor categorizado como "anti-PD-1" podría disminuir notablemente el crecimiento del tumor. Luego, los científicos prevén identificar un fármaco clínico que se plante como un inhibidor de la proteína PERK.
"Existen varias estrategias para mejorar la inmunidad antitumoral, como la focalización o la edición del metabolismo celular. Podemos dirigirnos a los genes y a sus vías para mejorar la función inmunitaria y trabajar para futuras opciones de tratamiento terapéutico", detalla Huang.