sábado. 23.11.2024

Un estudio realizado por la revista científica JAMA Network avala que comenzar las clases más tare mejoraría la salud de los adolescentes. El estudio se realizó con casi 9.000 estudiantes durante los meses de confinamiento, en los cuales los jóvenes aprendían desde casa y, por tanto, dormían una media de 75 minutos más. 

La pandemia ha cambiado significativamente nuestras vidas y la forma de relacionarnos, trabajar e incluso ir al colegio o al instituto. Los meses de confinamiento fueron especialmente duros para los más jóvenes, aumentando los síntomas de depresión en muchos de ellos. Sin embargo, el ritmo de vida más relajado, que les permitía dormir más horas y beber menos cafeína, tuvo efectos positivos en su calidad de vida.

El estudio, asociado al Hospital Universitario Infantil de Zúrich, Suiza, ha sido publicado por la revista científica JAMA Network e investiga la asociación entre la educación desde casa, la duración del sueño y la salud de los adolescentes durante el cierre de las escuelas secundarias durante el confinamiento por la covid19.

A pesar de que se han demostrado efectos negativos en la salud de los jóvenes durante el confinamiento, algunas investigaciones han encontrado ciertas mejoras en su calidad de vida, debido al aumento de las horas de sueño durante estos meses. 

Para ello, encuestaron a adolescentes de 21 institutos de Zúrich y completaron los datos con los que ya tenían de condiciones normales, de mayo a julio de 2017. El objetivo era analizar los patrones de sueño, la calidad de vida, el uso de sustancias como la cafeína o el alcohol, pero también los síntomas depresivos

Durante el cierre de los colegios, la duración del sueño en los jóvenes era 75 minutos más larga que antes. La educación no presencial les permitía dormir más tiempo, al evitar desplazamientos y, sin embargo, solo se acostaban 15 minutos más tarde de lo habitual. Además, los estudiantes consumían menos cafeína y alcohol. La disminución en el consumo de cafeína y el aumento en las horas de sueño tuvieron una consecuencia positiva para su salud.

A pesar de que la mayor duración del sueño se asoció con mejores condiciones de salud, esto se vio compensado por una asociación de síntomas depresivos y el mayor consumo de cafeína en algunos encuestados, motivado por las consecuencias que el confinamiento tuvo para su salud mental.

Sin embargo, los resultados de la encuesta apoyan el retraso de la hora de inicio de las clases para adolescentes en una situación normal, más allá del confinamiento, para que el aumento de las horas de sueño sea significativo en su salud y no se vea mermado por los problemas de salud mental derivados de la situación pandémica. 

Comenzar las clases más tarde mejoraría la salud de los adolescentes