Los alimentos ultraprocesados podrían estar relacionados con el insomnio que padece aproximadamente un tercio de los adultos, según un análisis de los patrones dietéticos y de sueño publicado en el 'Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics'.
El estudio muestra una asociación estadísticamente significativa entre el consumo de ultraprocesados y el insomnio crónico, independientemente de las características sociodemográficas, de estilo de vida, calidad de la dieta y estado de salud mental.
La investigadora principal, Marie-Pierre St-Onge, doctora de la División de Medicina General y del Centro de Excelencia para la Investigación del Sueño y el Circadio del Departamento de Medicina de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), explica que, "en un momento en que cada vez hay más alimentos altamente procesados y proliferan los trastornos del sueño, es importante evaluar si la dieta podría contribuir a un sueño adverso o de buena calidad".
Mientras que estudios anteriores han examinado nutrientes o suplementos dietéticos en relación con el sueño (por ejemplo, proteínas, magnesio), este estudio es novedoso porque evalúa un patrón dietético más allá de nutrientes y alimentos específicos y demuestra que el grado de procesamiento de los alimentos puede tener cierta relevancia para la salud del sueño.
"Nuestro equipo de investigación había informado anteriormente de asociaciones de patrones dietéticos saludables, como la dieta mediterránea, con un menor riesgo de insomnio y mala calidad del sueño (tanto transversal como longitudinalmente), y de dietas ricas en carbohidratos con un riesgo elevado de insomnio --explica--. El consumo de ultraprocesados está aumentando en todo el mundo, y se ha relacionado con numerosas afecciones de salud como la diabetes, la obesidad y el cáncer".
Para examinar las ingestas dietéticas en busca de su asociación con el sueño, este gran estudio epidemiológico utilizó datos de NutriNet-Santé de más de 39.000 adultos franceses, un gran estudio de cohortes ideal para abordar esta cuestión dada su inclusión de variables de sueño y múltiples días de información dietética detallada.
Se recopilaron datos cada seis meses entre 2013 y 2015 de adultos que completaron múltiples registros dietéticos de 24 horas y proporcionaron información sobre los síntomas de insomnio. La definición de insomnio se basó en los criterios proporcionados por el DSM-5 y el ICSD-3.
Los participantes informaron consumir aproximadamente el 16% de la energía de la UPF y cerca del 20% informaron insomnio crónico. Los individuos que declararon insomnio crónico consumían un mayor porcentaje de su ingesta energética de UPF. La asociación entre una mayor ingesta de UPF y el insomnio fue evidente tanto en hombres como en mujeres, pero el riesgo fue ligeramente mayor en los hombres que en las mujeres.
La primera autora, Pauline Duquenne, licenciada por la Universidad Sorbonne Paris Nord y la Universidad Paris Cité, precisa que los análisis fueron transversales y observacionales por naturaleza, y no evaluaron la asociación longitudinal. "Aunque los datos no establecen la causalidad, nuestro estudio es el primero de este tipo y contribuye al conjunto de conocimientos existentes sobre los ultraprocesados", resalta.
Los investigadores recomiendan que en futuros estudios se compruebe la causalidad y se evalúen las asociaciones a lo largo del tiempo. No obstante, aconsejan que las personas con dificultades para dormir se planteen examinar su dieta para determinar si los ultraprocesados podrían estar contribuyendo a sus problemas de sueño.