Consejos para la vuelta a la rutina después del verano
Por mucho que nos motive lo que hacemos, supone un choque importante entre el tiempo de ocio absoluto y la vuelta a la rutina. La jornada laboral ocupa más horas de lo que a muchos nos gustaría y este simple motivo hace que el equilibro deseado se vuelva un poco más difícil. Sin embargo, el regreso tras las vacaciones es un muy buen momento para introducir cambios y tomar decisiones valientes.
Desde apuntarte al gimnasio o sacar el móvil de tu habitación por las noches, hasta dejar tu trabajo o reducir tu jornada unas horas. El abanico de opciones es amplio y la búsqueda del equilibrio que mejor te funcione es siempre saludable, ya que implica ponerte en el centro y aprender a tomar las riendas de tu felicidad, identificando aquello que aporta felicidad a tu vida.
Cuida tu alimentación y haz ejercicio. Si nos alimentamos bien, de forma nutritiva y ligera, y si realizamos actividad física con frecuencia, tendremos todas las papeletas para poder con todo.
Piensa en tus metas para la nueva temporada. Si tenemos una meta personal relacionada con lo laboral, nos será más sencillo e ilusionante volver al trabajo. Además, estaremos poniendo el foco en lo positivo y tomando cartas en el asunto en cuanto a lo negativo: todo cambio voluntario suele conllevar una mejora.
Date el tiempo necesario. Tu rutina diaria no puede consistir exclusivamente en dormir, comer y trabajar: es imprescindible que te regales momentos de autocuidado y que los coloques en un lugar prioritario. Cocinar algo apetitoso, ir al gimnasio o a dar un paseo, leer, pasar un rato agradable con tus amigos...
Organízate. No se trata de llenar tu agenda con mil actividades, sino de priorizar las verdaderamente importantes y 'podar' el resto, incluyendo el sano arte de no hacer absolutamente nada. Puede que sea un buen momento para reducir contacto con personas que no te aportan nada, dedicar más tiempo a alguna afición, introducir rutinas de paseo en tu semana...