La enfermedad hepática puede evolucionar hacia el cáncer si no se controla
Un nuevo estudio publicado en la revista científica 'Chinese Medical Journal' ha advertido de que la enfermedad hepática puede evolucionar hacia el cáncer si no se controla.
Aunque la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) afecta a muchas personas en todo el mundo, sólo una pequeña proporción de pacientes supera las fases iniciales de la enfermedad y se convierte en una afección más grave, ya que la aparición de la enfermedad hepática terminal afecta a menos del 13 por ciento de los pacientes con EHGNA.
La progresión de la enfermedad comienza con la conversión de la EHGNA en esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), que a su vez se convierte en fibrosis y finalmente en cirrosis. Tras la cirrosis, los pacientes desarrollan un carcinoma hepatocelular (CHC) y una enfermedad hepática terminal.
"La ausencia de síntomas perturbadores hace que el desarrollo temprano de la enfermedad sea relativamente imperceptible. Y en ausencia de cualquier interferencia por parte del paciente, es más fácil que la esteatosis simple progrese a EHNA y, en última instancia, a CHC", explica el doctor Ming-Hua Zheng, investigador principal del estudio.
Entonces, ¿cuáles son los aspectos que favorecen esta progresión? Se cree que varias alteraciones metabólicas desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de la HGNA.
La resistencia a la insulina, por la que el cuerpo no responde a la insulina, la hormona que gestiona el nivel de azúcar en la sangre, conduce a la generación de un exceso de ácidos grasos libres (AGL) que interfieren en el funcionamiento normal de las mitocondrias de los hepatocitos, las principales células funcionales del hígado, que desempeñan un papel clave en la progresión de la EHGNA a CHC. Esto significa que el control de la diabetes y la resistencia a la insulina es crucial para predecir la cirrosis y el CHC.
Los cambios inducidos por los AGL también pueden desencadenar una condición llamada lipotoxicidad, en la que los niveles elevados de ácidos grasos libres interfieren con la vía del metabolismo de la glucosa. La lipotoxicidad puede aumentar la producción de subproductos tóxicos y la probabilidad de formación de tumores en el hígado. Una mejor comprensión de los efectos de la lipotoxicidad en la EHNA proporcionaría opciones adicionales para el tratamiento de la enfermedad y evitaría su progresión a CHC.
El estrés oxidativo, un fenómeno en el que se produce un aumento de la producción de radicales libres como las especies reactivas del oxígeno (ERO), que dañan los tejidos y los componentes celulares debido a una oxidación no regulada, es otro factor responsable de la progresión de la EHNA. El exceso de AGF presentes en los pacientes conduce a una sobreproducción de ERO, que puede dar lugar a mutaciones en las mitocondrias, lo que aumenta el riesgo de CHC relacionado con la EHNA.
Además, las características genéticas heredadas o adquiridas de las enzimas de reparación del ADN, que difieren entre los individuos, también pueden ser un factor de variación de la susceptibilidad al CHC y al empeoramiento de la EHGNA.
El envejecimiento y la menopausia influyen en el desarrollo y la gravedad de la enfermedad. Los niveles de hormonas tiroideas también pueden influir en la HGNA. Los niveles de estas hormonas pueden medirse para determinar la progresión de la enfermedad.
Otro factor de riesgo importante que afecta de forma crítica a la progresión de la enfermedad de EHNA es el comportamiento de estilo de vida poco saludable. El consumo de alimentos procesados, las dietas desequilibradas con alto contenido en grasas y la falta de ejercicio regular pueden contribuir al desarrollo de la EHGNA.
¿CÓMO SE PUEDE ENTONCES CONTROLAR ESTA ENFERMEDAD?
Hasta ahora, existían importantes directrices para el tratamiento del HCC relacionado con el EHGNA. La estrategia de tratamiento del CHC sigue tradicionalmente el formato de otras enfermedades, como el cáncer de hígado. Sin embargo, el manejo del CHC ha hecho grandes progresos al mejorar sus métodos de diagnóstico y cribado. Esto permitiría establecer métodos para tratar el tumor en sus fases más tempranas, aumentando así la supervivencia de los pacientes.
Este estudio abre el camino a futuros estudios para comprender mejor el desarrollo del CHC relacionado con la EHNA y sus causas exactas. También pone de manifiesto la necesidad de un diagnóstico precoz de la enfermedad para introducir las intervenciones necesarias para evitar su progresión.
"El continuo aumento de la prevalencia de los pacientes con EHGNA en todo el mundo justifica la necesidad de coordinar las medidas sanitarias adecuadas y la actualización de las directrices existentes para la enfermedad", ha remachado el doctor Zheng.
Un nuevo estudio publicado en la revista científica 'Chinese Medical Journal' ha advertido de que la enfermedad hepática puede evolucionar hacia el cáncer si no se controla.
Aunque la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) afecta a muchas personas en todo el mundo, sólo una pequeña proporción de pacientes supera las fases iniciales de la enfermedad y se convierte en una afección más grave, ya que la aparición de la enfermedad hepática terminal afecta a menos del 13 por ciento de los pacientes con EHGNA.
La progresión de la enfermedad comienza con la conversión de la EHGNA en esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), que a su vez se convierte en fibrosis y finalmente en cirrosis. Tras la cirrosis, los pacientes desarrollan un carcinoma hepatocelular (CHC) y una enfermedad hepática terminal.
"La ausencia de síntomas perturbadores hace que el desarrollo temprano de la enfermedad sea relativamente imperceptible. Y en ausencia de cualquier interferencia por parte del paciente, es más fácil que la esteatosis simple progrese a EHNA y, en última instancia, a CHC", explica el doctor Ming-Hua Zheng, investigador principal del estudio.
Entonces, ¿cuáles son los aspectos que favorecen esta progresión? Se cree que varias alteraciones metabólicas desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de la HGNA.
La resistencia a la insulina, por la que el cuerpo no responde a la insulina, la hormona que gestiona el nivel de azúcar en la sangre, conduce a la generación de un exceso de ácidos grasos libres (AGL) que interfieren en el funcionamiento normal de las mitocondrias de los hepatocitos, las principales células funcionales del hígado, que desempeñan un papel clave en la progresión de la EHGNA a CHC. Esto significa que el control de la diabetes y la resistencia a la insulina es crucial para predecir la cirrosis y el CHC.
Los cambios inducidos por los AGL también pueden desencadenar una condición llamada lipotoxicidad, en la que los niveles elevados de ácidos grasos libres interfieren con la vía del metabolismo de la glucosa. La lipotoxicidad puede aumentar la producción de subproductos tóxicos y la probabilidad de formación de tumores en el hígado. Una mejor comprensión de los efectos de la lipotoxicidad en la EHNA proporcionaría opciones adicionales para el tratamiento de la enfermedad y evitaría su progresión a CHC.
El estrés oxidativo, un fenómeno en el que se produce un aumento de la producción de radicales libres como las especies reactivas del oxígeno (ERO), que dañan los tejidos y los componentes celulares debido a una oxidación no regulada, es otro factor responsable de la progresión de la EHNA. El exceso de AGF presentes en los pacientes conduce a una sobreproducción de ERO, que puede dar lugar a mutaciones en las mitocondrias, lo que aumenta el riesgo de CHC relacionado con la EHNA.
Además, las características genéticas heredadas o adquiridas de las enzimas de reparación del ADN, que difieren entre los individuos, también pueden ser un factor de variación de la susceptibilidad al CHC y al empeoramiento de la EHGNA.
El envejecimiento y la menopausia influyen en el desarrollo y la gravedad de la enfermedad. Los niveles de hormonas tiroideas también pueden influir en la HGNA. Los niveles de estas hormonas pueden medirse para determinar la progresión de la enfermedad.
Otro factor de riesgo importante que afecta de forma crítica a la progresión de la enfermedad de EHNA es el comportamiento de estilo de vida poco saludable. El consumo de alimentos procesados, las dietas desequilibradas con alto contenido en grasas y la falta de ejercicio regular pueden contribuir al desarrollo de la EHGNA.
¿CÓMO SE PUEDE ENTONCES CONTROLAR ESTA ENFERMEDAD?
Hasta ahora, existían importantes directrices para el tratamiento del HCC relacionado con el EHGNA. La estrategia de tratamiento del CHC sigue tradicionalmente el formato de otras enfermedades, como el cáncer de hígado. Sin embargo, el manejo del CHC ha hecho grandes progresos al mejorar sus métodos de diagnóstico y cribado. Esto permitiría establecer métodos para tratar el tumor en sus fases más tempranas, aumentando así la supervivencia de los pacientes.
Este estudio abre el camino a futuros estudios para comprender mejor el desarrollo del CHC relacionado con la EHNA y sus causas exactas. También pone de manifiesto la necesidad de un diagnóstico precoz de la enfermedad para introducir las intervenciones necesarias para evitar su progresión.
"El continuo aumento de la prevalencia de los pacientes con EHGNA en todo el mundo justifica la necesidad de coordinar las medidas sanitarias adecuadas y la actualización de las directrices existentes para la enfermedad", ha remachado el doctor Zheng.