¿Estar soltero puede afectar a la salud de una persona?
Existen estudios donde se demuestra que las relaciones humanas son básicas para ser felices, independientemente de la naturaleza de dichas relaciones
Los humanos somos seres sociales, destinados a relacionarnos interpersonalmente y a vivir en sociedades, pues, como demuestran ciertos estudios, el cariño y las relaciones afectivas o sociales con otros individuos, son tan necesarios para el hombre y la mujer, como podría serlo alimentarse. Cada persona es libre de elegir una vida en pareja o soltería y, cada vez tenemos más claro que lo importante es dar con la clave de nuestra propia felicidad. Estar en un ambiente y círculo de relaciones donde nos sintamos estables, cómodos y en bienestar.
Sin embargo, hay todavía muchos que se preguntan si realmente existen ventajas o desventajas asociadas directamente al hecho de ser soltero o no. Los estudios científicos intentan responder estas dudas que parten de una premisa un tanto poco realista o directamente falsa: que estar soltero equivale a estar solo. Pero ¿realmente puede llegar a afectar a nuestra salud el estar soltero?
Y es que el debate sobre si es mejor o peor estar soltero que en pareja, o si estar soltero tiene ventajas o desventajas promete no tener un final cercano. Tal vez esto se deba a que es un debate cuya premisa carece de sentido o que depende tanto de la experiencia personal de cada individuo que es casi imposible llegar a puntos en común.
Hay quienes defienden la vida en pareja como un espacio en el que ganar tranquilidad y apoyo, y también quienes defienden una vida de soltería como el mejor lugar desde el que crecer personalmente sin perder las ventajas de una compañía de calidad.
Quizás lo ideal sería no plantearnos ninguna de las dos opciones como plan de vida obligatorio, comprendiendo que elegir entre una opción u otra (y todo el abanico intermedio) debe depender de si encontramos o no a la persona adecuada para construir un vínculo determinado, de nuestro momento vital... y no de una hoja de ruta trazada sin tener en cuenta nuestra realidad y la complejidad de las relaciones humanas.
En definitiva, es probable que no exista una opción mejor que la otra, simplemente cada persona debe de adaptarse a lo que mejor vaya con su forma de ser y de vivir, para poder seleccionar de manera correcta a las personas que nos rodean, ya sea una pareja sentimental o nuestras amistades. Y es que, si hay algo en lo que coinciden los estudios, es en que todos necesitamos sentirnos acompañados, sea de la forma que sea.