Un estudio advierte de la "sobrecarga cognitiva" que produce el uso excesivo de pantallas en la infancia

Archivo - Un niño usa el teléfono móvil y una tablet. - Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

El uso temprano y excesivo de dispositivos digitales en la infancia puede mejorar ciertas habilidades, pero también conlleva riesgos como la "sobrecarga cognitiva" que puede provocar reducción de la atención, problemas en los procesos de aprendizaje o retrasos en el desarrollo del lenguaje, entre otros, según un estudio titulado 'Uso de dispositivos digitales y desarrollo cognitivo infantil: exploración de sus efectos sobre las capacidades cognitivas'.

"Cuando los dispositivos se usan excesivamente para entretenerse, como ver vídeos o jugar a juegos no educativos, pueden contribuir a la sobrecarga cognitiva, lo que dificulta el desarrollo de la retención de la memoria y los procesos de aprendizaje. Por lo tanto, la sobrecarga cognitiva es particularmente perjudicial durante las primeras etapas del desarrollo, donde se están estableciendo las habilidades cognitivas y de aprendizaje fundamentales", advierten los autores en el estudio, consultado por Europa Press.

En concreto, el informe, elaborado por Vicente Javier Clemente-Suárez, Ana Isabel Beltrán-Velasco, Silvia Herrero-Roldán, Stephanie Rodríguez-Besteiro, Ismael Martínez-Guardado, Alexandra Martín-Rodríguez y José Francisco Tornero-Aguilera, analiza los efectos positivos y negativos de las tecnologías digitales en funciones cognitivas, desarrollo cerebral y resultados conductuales. Los investigadores proceden de distintas universidades como la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), la Universidad Europea, la Universidad de Nebrija, la UNIE y la Universidad de la Costa (CUC).

Las conclusiones del estudio muestran que el impacto del uso de dispositivos no es uniforme, ya que factores como edad, género y nivel socioeconómico pueden modular sus efectos.

Por ejemplo, señala que mientras ciertas tecnologías pueden mejorar funciones ejecutivas y el rendimiento académico al fomentar la participación y motivación de los estudiantes, su uso desmedido puede generar distracciones, afectar el enfoque y reducir el rendimiento.

"El contenido educativo diseñado para ser interactivo y que promueve el pensamiento crítico y la resolución de problemas puede apoyar el desarrollo cognitivo. Por el contrario, el consumo pasivo de contenido, como mirar vídeos durante mucho tiempo o interactuar con aplicaciones demasiado estimulantes, no contribuye de manera similar e incluso puede perjudicar la capacidad cognitiva y el desarrollo de la función ejecutiva", concretan los autores del informe.

PROBLEMAS DE SUEÑO Y COMPORTAMIENTOS DISRUPTIVOS

Otros efectos negativos, según la investigación, incluyen la disminución de la atención sostenida, interrupciones en los patrones de sueño y, en casos extremos, comportamientos disruptivos.

"Los mismos mecanismos que potencialmente mejoran ciertas habilidades cognitivas también pueden conducir a resultados negativos. La exposición prolongada a la multitarea basada en pantallas puede sobrecargar la capacidad cognitiva del cerebro, lo que lleva a una reducción en la eficiencia de los circuitos neuronales involucrados en el pensamiento profundo y concentrado y la atención sostenida", apuntan, desde el punto de vista neurofisiológico.

Por otro lado, en cuanto a la cognición social, los investigadores observan una dualidad: los dispositivos digitales pueden favorecer la colaboración y la empatía, pero también pueden provocar aislamiento social y dificultades en la interacción cara a cara.

"La hipótesis del desplazamiento postula que el tiempo frente a la pantalla podría desplazar el tiempo dedicado a actividades cognitivamente beneficiosas como la lectura y la interacción cara a cara, lo que conduce a posibles retrasos en el desarrollo", añaden.

Además, apuntan que el uso excesivo de medios digitales puede obstaculizar habilidades como el lenguaje y la resolución de problemas, mientras que un uso controlado e intencionado puede fomentar la creatividad y habilidades cognitivas específicas.

En concreto, los investigadores advierten de los efectos adversos en los niños más pequeños pues precisan que "la sobrecarga cognitiva es particularmente perjudicial durante las primeras etapas del desarrollo, donde se están estableciendo las habilidades cognitivas y de aprendizaje fundamentales".

"La primera infancia es un período de rápido desarrollo cerebral, y el exceso de tiempo frente a pantallas durante estos años formativos puede tener consecuencias duraderas", alertan, al tiempo que citan la recomendación de la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) que aconseja que los niños menores de 18 meses eviten el uso de pantallas, salvo las videollamadas, y que los niños de entre 2 y 5 años de edad se limiten a una hora por día de programación de alta calidad.

RETRASOS EN EL DESARROLLO DEL LENGUAJE

Además, avisan de los efectos negativos de las pantallas cuando el tiempo que los menores pasan frente a ellas reemplaza actividades como el juego físico, el aprendizaje interactivo y las interacciones sociales cara a cara, lo que "puede impedir el desarrollo de habilidades cognitivas críticas". Por ejemplo, señalan que las investigaciones han demostrado que "el tiempo excesivo frente a la pantalla está asociado con retrasos en el desarrollo del lenguaje, que es particularmente pronunciado en los niños pequeños".

Por ello, recomiendan "equilibrar el contenido, el contexto y la duración del uso de los dispositivos" para aprovechar los beneficios de la tecnología y, al mismo tiempo, mitigar los riesgos asociados con la sobrecarga cognitiva y el posible deterioro de las funciones cognitivas esenciales. También subrayan la importancia de la mediación parental.

Entre otros consejos para padres y escuelas, plantean: fomentar un uso equilibrado de los dispositivos digitales; seleccionar contenido educativo ajustado a la edad; participar activamente en las actividades digitales del niño; monitorear y orientar; promover una buena higiene digital; formar a los profesores sobre cómo usar eficazmente las pantallas en el aula; educar a los niños sobre la seguridad en línea y el uso responsable de la tecnología, o combinar los métodos de enseñanza tradicionales con recursos digitales.

En conclusión, los autores del estudio apuntan que "los dispositivos digitales ofrecen oportunidades valiosas para el desarrollo cognitivo y educativo, pero su uso debe ser cuidadosamente regulado para evitar efectos adversos en el desarrollo cognitivo, psicológico y social de los niños". Si bien, añaden que se requiere más investigación para comprender a largo plazo sus impactos.