Un estudio utiliza un fármaco para volver inofensivas las células cancerígenas
La Universidad de Bonn y el Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf (Alemania), han descubierto que utilizando un fármaco ya aprobado para otros fines puede desactivar el daño de las células cancerígenas. Los investigadores, cuyo trabajo se ha publicado en la revista científica 'Journal for ImmunoTherapy of Cancer', quieren ahora optimizar aún más el compuesto. A medio plazo, esto podría allanar el camino hacia nuevos medicamentos contra el cáncer.
Por un lado, la molécula suprime el sistema inmunitario, a la vez que estimula la formación de nuevos vasos sanguíneos que suministran oxígeno y nutrientes al tumor. Por otro lado, hace que las células malignas migren a otros órganos y formen allí metástasis.
Las células tumorales segregan grandes cantidades de adenosina. Llevan en su superficie varias enzimas que convierten el ATP en adenosina en varios pasos. Una de ellas se conoce como CD39.
"Cataliza el primero de los pasos de conversión. Si se inhibe el CD39, apenas se produce adenosina", explica la doctora Christa Müller, del Instituto de Farmacia de la Universidad de Bonn.
Por ello, los investigadores buscan en todo el mundo un ingrediente activo que frene el CD39. "En cambio, el ATP se acumularía alrededor de las células cancerosas, lo que en realidad estimularía la respuesta inmunitaria. Así, las defensas del propio organismo no se suprimirían, sino que, por el contrario, se activarían de forma extra", dice Müller.
Müller no cree que tenga sentido administrar simplemente ceritinib como inhibidor de CD39 en determinados cánceres: "Al fin y al cabo, el principio activo se dirige principalmente contra otro grupo de enzimas; por tanto, tendría efectos secundarios indeseables. Ahora queremos modificarlo para que apenas inhiba las proteínas quinasas y, en cambio, frene aún más el CD39".
antes de utilizarlos, primero sería posible medir si las células cancerosas de los pacientes afectados llevan realmente una gran cantidad de CD39 en su superficie. "Porque sólo entonces tendría sentido el tratamiento con inhibidores de CD39. Así se adaptaría la administración a cada paciente. Esta personalización de las terapias con el fin de aumentar su eficacia es cada vez más importante en medicina", concluye la investigadora.