Curar el cáncer... Lo que todavía es un sueño en 2021 se convertirá, quizás mañana, en una realidad, gracias al descubrimiento realizado por el hospital pediátrico Bambino Gesu.
Los investigadores del centro de salud que depende de la Santa Sede, en colaboración con la Universidad Tor Vergata de Roma y otros centros de investigación de Europa y Estados Unidos, acaban de publicar los resultados de su investigación sobre los ciclos de división celular.
El objetivo era comprender el proceso por el cual las células maduran y proliferan para dar lugar a tumores cancerosos.
Los investigadores observaron que hay proteínas involucradas en la regulación del ciclo celular, las ciclinas D. Pero el control de estas últimas es objeto de debate.
El reciente descubrimiento ha demostrado que las ciclinas están condicionadas por una enzima que juega un papel similar al de un interruptor, activándolas o desactivándolas: CRL4/Ambra1 o CRL4/DCAF3.
Cuando Ambra1 está ausente o en cantidad insuficiente, no puede desempeñar su función. Por tanto, las ciclinas D no se destruyen dentro del marco normal de regulación celular y se acumulan.
Como resultado, las células comienzan a dividirse a un ritmo descontrolado, el ADN se daña y se forman masas tumorales.
En otras palabras, los investigadores del hospital Bambino Gesu han demostrado que una de las causas del proceso tumoral es un desequilibrio entre los niveles de ciclinas D y Ambra1.
Es en este desequilibrio que las nuevas terapias podrían centrarse inhibiendo el sistema de reparación: si se inhiben las enzimas que permiten que las células sobrevivan y proliferen, las células enfermas podrían eventualmente autodestruirse.
Los resultados de la investigación realizada hasta ahora en modelos celulares y animales con un conjunto de fármacos específicos conocidos como "inhibidores del sistema de reparación" han arrojado resultados alentadores, pero los científicos apenas están comenzando.
En un futuro próximo, el análisis de estas dos proteínas en personas con cáncer podría permitir llegar a diagnósticos más rápidos y tratamientos más eficaces, en particular para los casos de niños cuyo sistema nervioso está en fase de crecimiento.
Los resultados de esta investigación realizada en Roma fueron confirmados por otros dos estudios internacionales realizados en Nueva York y San Francisco. Los resultados de estos tres estudios se publicaron juntos en la revista Nature, una de las publicaciones de investigación científica más importantes del mundo.