Identifican por primera vez el riesgo de miocardiopatía dilatada en portadores genéticos
Un trabajo español ha identificado por primera vez las posibilidades de desarrollar miocardiopatía dilatada entre pacientes portadores de alteraciones genéticas que provocan la enfermedad, lo que se posibilitará predecir el riesgo y adaptar las estrategias de seguimiento y detección.
El estudio está liderado por Pablo García-Pavía, jefe de cardiopatías familiares del servicio de Cardiología del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda e investigador del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y del Centro de Investigación Biomédica en Red Enfermedades Cardiovaculares (CIBERCV).
El trabajo, publicado en 'Journal of the American College of Cardiology', ha contado con la participación de 25 hospitales españoles y, en total, se han recogido datos de más de 779 personas, de 300 familias distintas, que eran portadoras de la alteración genética pero que no tenían signos de enfermedad.
"Hemos identificado que los pacientes que desarrollaron la enfermedad compartían con más frecuencia algunas características concretas como una edad mayor, alteraciones en el electrocardiograma y un corazón con un tamaño mayor y con menos fuerza de bombeo, aunque dentro de lo normal", ha indicado el doctor García Pavía.
En concreto, los investigadores encontraron que, tras un seguimiento mediano de 37 meses, casi el 11% de los portadores desarrollaron la enfermedad. El estudio también ha visto que el desarrollo de la enfermedad variaba según el tipo de alteración genética que presentaran los pacientes.
La miocardiopatía dilatada es la causa más frecuente de insuficiencia cardiaca en personas jóvenes y, además, la principal causa de trasplante en todo el mundo. Se caracteriza por el agrandamiento del corazón y la disminución de su capacidad para bombear la sangre correctamente. Asimismo, los pacientes que padecen esta enfermedad sufren con frecuencia arritmias y muerte súbita.
En este sentido, se sabe que en aproximadamente el 30-40% de los pacientes la enfermedad se produce como consecuencia de una alteración genética. Cuando se identifica que la miocardiopatía dilatada tiene un origen genético es posible estudiar a los familiares del paciente para determinar si han heredado o no la alteración genética.
Aquellos familiares que han heredado la alteración genética presentan un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad en el futuro. Por ello, se recomienda realizar revisiones periódicas con el fin de identificar cuando desarrollan la cardiopatía y cuando deben iniciar tratamiento farmacológico para tratar la enfermedad.
Sin embargo, se desconoce cómo de frecuente es que los familiares portadores genéticos desarrollen la enfermedad, a qué edad la desarrollarán y si existen factores que ayuden a identificar quienes desarrollarán la enfermedad en el corto plazo y, por tanto, necesitan ser controlados de forma más estrecha.
CARACTERÍSTICAS COMPARTIDAS
En este sentido, el estudio permite avanzar en estas incógnitas al revelar algunas características compartidas, unos factores que pueden utilizarse para predecir el riesgo de miocardiopatía dilatada y adaptar las estrategias de seguimiento y detección en personas portadoras de alteración genética.
"Los pacientes con alteraciones genéticas en genes sarcoméricos o aquellos cuyos corazones presentaban algo de fibrosis en la resonancia magnética tenían más riesgo de desarrollar la cardiopatía", ha explicado el jefe de la Unidad de Cardiopatías Familiares del Servicio de Cardiología del Hospital Puerta de Hierro.
En la misma línea, Eva Cabrera, cardióloga en este centro y primera firmante del trabajo, ha subrayado que los resultados del estudio "permitirán ofrecer un seguimiento más personalizado a los portadores genéticos sin señales de la enfermedad".
Hasta ahora, el seguimiento de los pacientes portadores era el mismo, es decir, revisiones anuales o bianuales. "Ahora podremos individualizar las visitas de seguimiento. Por ejemplo, espaciándolas para aquellos pacientes sin parámetros de riesgo y, en cambio, acortándolas para aquellos que muestren signos de mayor riesgo", ha apuntado.
Este estudio ha sido financiado por la Sociedad Española de Cardiología (Beca en Enfermedades Cardíacas Hereditarias 2022) y el Instituto de Salud Carlos III a través de los proyectos "PI18/0004, PI20/0320" (cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional/Fondo Social Europeo "Una manera de hacer Europa"/"Invertir en su futuro").