Investigadores del CIBERCV y del CIBERDEM (Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas) han descubierto que GRK2 es un regulador negativo de la secreción de insulina mediada por GLP-1R y que, además, la inhibición o reducción de GRK2 favorece la secreción de insulina por las células beta pancreáticas en modelos celulares y de animales modificados genéticamente.
Los resultados se han publicado en 'BMC Biology' y han sido posibles gracias a la colaboración de los grupos de Cristina Murga y Federico Mayor en el CIBERCV y de Mario Vallejo y Mercedes Mirasierra en el CIBERDEM.
Además, el trabajo se ha desarrollado en la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (UAM-CSIC), y en el Instituto de Investigaciones Biomédicas (CSIC), con la participación de investigadores del Imperial College London en el Reino Unido.
La investigación se basa en resultados obtenidos en islotes pancreáticos aislados, líneas celulares en cultivo y además en animales de laboratorio modificados genéticamente para tener niveles reducidos de GRK2.
"Los experimentos desvelaron que la reducción de GRK2 consigue incrementar la liberación de insulina en la fase temprana de la secreción de esta hormona tras la ingesta (minutos), sin afectar la secreción de insulina en la fase tardía (horas). Este efecto, prosigue, "se correlacionó con una mayor eficacia de la liberación de gránulos de insulina sin detectarse otros cambios en la arquitectura o morfología del tejido pancreático", han explicado los investigadores.
Dado que la mayor liberación de insulina tras reducir GRK2 se detectaba únicamente cuando la glucosa era ingerida por vía oral, pero no cuando la glucosa no pasaba por el tracto gastro-intestinal evitando la liberación de incretinas, los investigadores descubrieron que la reducción de GRK2 potenciaba el efecto de las incretinas in vivo usando modelos animales preclínicos.
"Utilizando técnicas de cuantificación por fluorescencia en células beta en cultivo, encontramos que la activación del receptor GLP-1R promueve la asociación de GRK2 y el posterior reclutamiento de otras proteínas que impiden los efectos celulares de las incretinas. Por ello, al inhibir o reducir GRK2 se favorece el efecto de las incretinas sobre la secreción de insulina", han añadido los expertos.
La inhibición de GRK2 consigue aumentar la secreción de insulina específicamente durante la fase temprana de la liberación de insulina por el páncreas, un efecto que, a juicio de los investigadores, puede tener aplicaciones terapéuticas "muy interesantes" ya que es precisamente esta fase inicial la más alterada en pacientes pre-diabéticos o diabéticos.