viernes. 29.11.2024

La Organización Mundial de la Salud (OMS) notifica más de 400.000 nuevos casos de COVID-19 en el mundo durante las 3 primeras semanas del año, así como 7.800 muertes, más de 171.000 hospitalizaciones y 2.100 ingresos en UCI, según ha informado este jueves durante el seminario donde han abordado qué variantes están circulando, su riesgo e impacto, y qué se puede hacer para prevenir y proteger contra infecciones.

Ante el reciente repunte de virus respiratorios, la directora del Departamento de Preparación y Prevención de Epidemias y Pandemias (PPE) de la OMS, la doctora Maria Van Kerkhove, señala que el "COVID-19 no ha desaparecido". Así, destaca el aumento de la circulación del JN.1, "una variante dominante en todo el mundo", que representa alrededor del 79 por ciento de las secuencias que se comparten a nivel mundial. Asimismo, desde la OMS esperan que esa tendencia "continúe en las próximas semanas".

En esta línea, ha subrayado que se han notificado algunas tendencias decrecientes en Europa, tendencias crecientes en las Américas y estabilidad en África.

Durante su intervención, la doctora Maria Van Kerkhove también ha insistido en que el COVID-19 persistente "es real" y es algo que "debe estudiarse" y "abordarse en términos de brindar tratamiento", así como su prevención. "Las estimaciones actuales sugieren que el 6,2 por ciento de las personas sintomáticas, personas con COVID que tienen síntomas, han desarrollado o desarrollarán una condición 'post-COVID'", asegura la experta.

En cuanto a la duración media de los síntomas, asegura que "es de alrededor nueve meses para las personas que están hospitalizadas, cuatro meses para las personas que no han sido hospitalizadas, y alrededor del 15 por ciento tuvo síntomas persistentes después de 12 meses".

Asimismo, según las estadísticas presentadas por la OMS, el COVID-19 persistente tiene una mayor prevalencia en mujeres que en nombres; es mayor en adultos que en niños; mayor en personas que tienen condiciones comórbidas o enfermedades crónicas que en quienes no las tienen; y también mayor en aquellos que estuvieron hospitalizados con una enfermedad grave que aquellos que no fueron hospitalizados.

A pesar de "no tener un tratamiento específico" para el COVID-19 persistente, la oficial de comunicaciones de la OMS, Shagun Khare, asegura que "la prevención es la clave". En este sentido, tanto para la COVID-19 como para su persistencia, las expertas han recordado la importancia de la vacunación, siendo necesaria cada 6 o 12 meses en caso de pertenecer a un grupo de riesgo, llevar mascarilla en lugares con poca ventilación, o el lavado de manos continuo, entre otras medidas.

Más de 400.000 casos COVID en el mundo durante las 3 primeras semanas de año