Un estudio español realizado con un millar de enfermos renales en diálisis refleja diferencias significativas en cuanto a la calidad de vida de los pacientes según el sexo. Las mujeres en hemodiálisis muestran peores puntuaciones en la mayoría de los aspectos relacionados con la calidad de vida en comparación con los hombres en su misma situación. Por tanto, incluir una perspectiva de género en la práctica clínica podría ser relevante para mejorar la atención a estos pacientes.
La calidad de vida relacionada con la salud es un término que resume los aspectos físicos y mentales que tienen un gran impacto en la vida de una persona. Durante los últimos años, varios estudios han comprobado que existe relación entre los resultados obtenidos en calidad de vida y la mortalidad y morbilidad en el paciente renal.
En relación con la diálisis, los aspectos vinculados con la calidad de vida van desde el dolor, los calambres, la fatiga, la ansiedad, la depresión, la carga que genera la enfermedad o el tratamiento, entre otros.
Para conocer cuál es el impacto de la enfermedad renal crónica y su tratamiento en la vida del paciente, los centros de diálisis de Fresenius Medical Care (FME) realizaron a finales de 2021 una encuesta sobre calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) en versión digital (electronic patient related outcomes, ePROMS) a los pacientes renales crónicos que están en hemodiálisis en sus clínicas.
Con los resultados de esta encuesta, el Dr. Clarencio Cebrián Andrada, nefrólogo del Centro de Diálisis Bellavista-Sevilla de FME, ha liderado un estudio cuyo objetivo ha sido analizar los resultados en función del sexo en una muestra de 975 pacientes procedentes de los 14 centros de diálisis de FME en cinco provincias andaluzas.
Tras analizar los datos, se comprobó que “la mujer tiene peores resultados (1) en todos los aspectos relacionados con la calidad de vida en comparación con el hombre, tanto en la escala de salud general física, como la mental, en la carga y efectos de la enfermedad, y en sintomatología”, explica el Dr. Cebrián Andrada.
Esta diferencia de género se observó en todos los centros analizados, independientemente de su ubicación geográfica (Almería, Cádiz, Córdoba, Málaga y Sevilla) y fue estadísticamente significativa.
Posibles causas
Aunque a través del estudio no puede conocerse el origen de estas diferencias, el Dr. Cebrián Andrada señala varias hipótesis como que esta peor calidad de vida en la mujer esté originada por su mayor carga familiar y en el hogar, “pues, a diferencia de los hombres, sobre todo en edades más avanzadas, la mujer suele continuar llevando el peso de la atención familiar y las tareas domésticas, incluso aunque enferme o reciba un tratamiento”.
Por otro lado, también habría que tener en cuenta, apunta este nefrólogo, que es posible que las pacientes sean más propensas a reconocer sus problemas tanto a nivel físico como psicológico que los hombres. “Ellos suelen tener más pudor a la hora de contar algún efecto de la enfermedad o del tratamiento, mientras que ellas llevan más interiorizados los problemas de la enfermedad y los comunican más”.
Otras causas detrás de esa desigualdad podrían derivar de la parte física de la enfermedad y de las características de salud a medida que se van cumpliendo años: “las mujeres suelen ser más propensas a la osteoporosis que junto a la osteodistrofia renal conlleva mayores problemas óseos y articulares, lo que podría influir en el dolor y en la calidad de vida”, apunta el especialista.
Como conclusión este nefrólogo señala que incorporar una perspectiva de género en los cuidados de estos pacientes podría influir positivamente en su calidad de vida: “sería recomendable prestar más atención a las mujeres en hemodiálisis, tanto en la vigilancia de sus síntomas como en la evaluación de posibles factores de su entorno que puedan interferir o empeorar su calidad de vida relacionada con la salud”.
Esta desigualdad entre pacientes en función del género poco a poco empieza a recibir más atención por parte de las diferentes especialidades médicas, incluida la Nefrología. Un estudio estadounidense publicado en 2013 (2) señalaba que las mujeres eran el grupo de mayor riesgo de iniciar el tratamiento de diálisis tarde.
El registro español de diálisis y trasplante en 2016 (3) mostraba que hay mayor incidencia de hombres que de mujeres en tratamiento renal sustitutivo (diálisis incluida).
Un editorial publicado en la revista de Nefrología en 2018 (4) concluía que establecer “una perspectiva de género en la práctica clínica nos ayudará a proporcionar un mejor cuidado y más personalizado a nuestros/as pacientes”.
Por último, el Dr. Clarencio Cebrián Andrada adelanta que ya están iniciando otros trabajos que continuarán con esta perspectiva de género en otros aspectos de la salud renal.
El estudio liderado por este especialista recibió el premio a la mejor comunicación póster en el pasado Congreso de la Sociedad Andaluza de Nefrología y en su realización participó la Dirección Médica de FME y el personal de 14 centros de diálisis de esta compañía.