El cáncer de páncreas suele diagnosticarse demasiado tarde, se propaga rápidamente y tiene una tasa de supervivencia a 5 años de aproximadamente el 10 por ciento. El tratamiento puede consistir en radioterapia, cirugía y quimioterapia, aunque a menudo el tumor se vuelve resistente a los fármacos.
Ahora, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego y del Centro Oncológico Moores, en colaboración con el Instituto de Descubrimientos Médicos Sanford-Burnham-Prebys y la Universidad de Columbia (Estados Unidos), han demostrado que una nueva terapia de penetración tumoral, probada en modelos animales, puede potenciar los efectos de la quimioterapia, reducir la metástasis y aumentar la supervivencia.
El estudio, publicado en Nature Communications, muestra cómo un péptido dirigido al tumor, denominado iRGD, puede penetrar dentro de la armadura que el tumor construye para protegerse y utilizar el tejido fibroso para llegar más adentro, destruyendo el tumor desde su interior.
El adenocarcinoma ductal pancreático es un tipo tumor formado por un tejido fibroso denso que actúa como barrera para los fármacos que intentan atravesarlo. ¿Muchos fármacos pueden llegar a los vasos sanguíneos del tumor, pero no son capaces de penetrar en el tejido, lo que hace que el tratamiento sea menos eficaz, y esa es una de las razones por las que este tipo de cáncer es tan difícil de tratar¿, afirma Tatiana Hurtado de Mendoza, primera firmante del artículo.
"Nuestro estudio descubrió que el péptido iRGD, que penetra en el tumor, es capaz de utilizar esta red fibrosa para administrar los fármacos de quimioterapia en profundidad y ser más eficaz", añade.
El equipo examinó el microentorno de los tumores de adenocarcinomas ductales pancreáticos en un modelo de ratón. Descubrieron que, tras dirigirse a los vasos sanguíneos del tumor, el iRGD se une a niveles elevados de la integrina ß5, proteína producida por los fibroblastos asociados al carcinoma (FAC) que producen gran parte de la cubierta fibrosa protectora del tumor.
"Pudimos reproducir fielmente la enfermedad humana en nuestro modelo de ratón y descubrimos que cuando se inyectaba iRGD con quimioterapia en ratones con altos niveles de ß5 integrina se producía un aumento significativo de la supervivencia y una reducción de la propagación del cáncer a otros órganos del cuerpo en comparación con la quimioterapia sola. Esto podría ser una potente estrategia de tratamiento para atacar el cáncer de páncreas agresivo", comenta Andrew Lowy, coautor del estudio.
"Lo que también es emocionante de este hallazgo es que la terapia iRGD no produjo ningún efecto secundario adicional ¿prosigue-. Esto es muy importante a la hora de considerar los tratamientos para los pacientes".
Los próximos pasos incluyen un ensayo clínico de ámbito nacional en Estados Unidos que, según los autores, podría comenzar en un año.
"Los conocimientos obtenidos en nuestro estudio tienen el potencial de aplicarse directamente a la atención de los pacientes ¿concluye Lowy-. También creemos que los niveles de ß5 integrina dentro de un cáncer de páncreas podrían indicarnos qué pacientes se beneficiarían más de la terapia combinada con iRGD".