Estamos un paso más cerca de acabar con la conocida como "enfermedad de la pobreza". La OMS ha autorizado la primera vacuna de la historia contra la Malaria, un hito alcanzado después de décadas persiguiéndose. Una enfermedad que lleva tantísimos años en la tierra sorprende que no haya sido capaz de contrarrestarse con anterioridad, y más viendo la velocidad con la que las vacunas contra el Coronavirus salían a la luz.
Esto se debe a que, según Quique Bassat, responsable del programa contra la Malaria del Instituto de Salud Global, "el parásito que causa la malaria es un microorganismo infinitamente más complejo que un virus” haciendo que también sea más compleja el encuentro de un tratamiento.
“Esta es la primera vacuna contra un parásito humano, que, no lo olvidemos, es un proceso mucho más complejo. Además, el hecho de que esta enfermedad afecte solo sobre todo a los países más pobres y haya desaparecido la mayoría de los países más ricos, la pone en una posición menos interesante a la hora de desarrollar productos”, especifica Bassat.
La Malaria provocada por la picadura de mosquitos tiene una peculiar incidencia en los niños, llegando a fallecer dos de cada tres niños que contraen la enfermedad, con síntomas como la fiebre que acaban derivando a una anemia a largo plazo. La vacunación a esta población, especialmente a los niños menores de cinco años de África ha comenzado por medio de Médicos sin Fronteras.
Para Carmen Terradillos responsable de Vacunación de la organización, confirma que una vacuna es la forma más eficiente de prevenir la incidencia de la Malaria, pero que debido a su aún baja efectividad “debemos seguir combinándola con otras actividades preventivas”.
30% DE EFECTIVIDAD
Por el momento, la vacuna denominada RTS,S ha demostrado un porcentaje de eficacia del 30% después de probar su éxito en los programas aún piloto de inmunización en Ghana, Kenia y Malawi. Además de estos países, ahora podrá aplicarse en el África subsahariana y otras regiones donde la transmisión de dicha enfermedad es muy elevada. Para que la vacuna funcione se requiere la inoculación de cuatro dosis administradas en los pacientes entre los cinco y dieciocho meses de edad.