La mayoría de los enfermos de cáncer infectados por COVID-19 producen anticuerpos a un ritmo comparable al del resto de la población, pero su capacidad para hacerlo depende de su tipo de cáncer y de los tratamientos que hayan recibido, según un nuevo estudio realizado por investigadores del Sistema de Salud Montefiore y la Facultad de Medicina Albert Einstein (Estados Unidos).
Los hallazgos, publicados en la revista 'Nature Cancer', pueden conducir a una mejor atención de los pacientes con cáncer, que se enfrentan a un mayor riesgo de morir a causa de la COVID-19, y sugiere que los pacientes con cáncer deben responder bien a las vacunas contra la COVID-19.
"Llevamos a cabo el estudio porque nos preocupaba que los pacientes con cáncer que desarrollan la COVID-19 no se beneficiaran del mismo grado de protección de anticuerpos que las personas sin cáncer, dado que muchos están inmunodeprimidos. Nuestros hallazgos proporcionan la seguridad de que la mayoría de las personas con cáncer son capaces de montar una respuesta de anticuerpos al coronavirus que es similar a la de la población general. Las personas con antecedentes de cáncer están probablemente tan protegidas contra la reinfección como las que no tienen antecedentes de la enfermedad y es probable que respondan bien a las vacunas, según nuestro estudio", explica Astha Thakkar, primera autora del artículo.
En el estudio retrospectivo participaron 261 pacientes con cáncer, el 77 por ciento de los cuales fueron diagnosticados de neoplasias sólidas y el 23 por ciento de neoplasias hematológicas (de la sangre). Su tasa global de seroconversión (producción de anticuerpos en respuesta a la infección) fue del 92 por ciento. Sin embargo, cuando se compararon los pacientes con tumores malignos sólidos y hematológicos, los pacientes con cánceres de la sangre tuvieron una tasa de seroconversión de sólo el 81,7 por ciento, significativamente menor que la tasa de seroconversión del 94,5 por ciento de los pacientes con tumores sólidos.
"Se sabe que los tratamientos que se administran habitualmente a los pacientes con cánceres sanguíneos (terapia de anticuerpos anti-CD20, trasplantes de células madre y esteroides) suprimen el sistema inmunitario, lo que puede explicar la menor tasa de anticuerpos desarrollada en estos pacientes y su mayor riesgo de padecer la enfermedad grave por COVID-19", afirma el autor principal, Balazs Halmos.
En un artículo publicado el año pasado en 'Cancer Discovery', estos mismo investigdores descubrieron que los pacientes de COVID-19 con cánceres de la sangre tenían tasas de mortalidad significativamente más altas en comparación con los pacientes que tenían tumores sólidos. La mortalidad estaba más relacionada con la edad y las comorbilidades que con el tratamiento activo del cáncer.