Por qué nuestra salud se ha debilitado a lo largo de los últimos decenios
Cada día se hace más patente la necesidad de revertir los efectos de la degradación del suelo y se acumulan pruebas que demuestran que su deterioro es una realidad que provoca una grave amenaza para la salud humana. Al tiempo que hemos empobrecido el suelo, sobrexplotandolo o utilizando metodos inadecuados, hemos debilitado nuestra salud. El suelo necesita contenido orgánico para producir alimentos ricos en nutrientes y en estos momentos por citar nuestro país, el suelo de España no llega al 1,5% cuando el mínimo requerido para considerar un suelo sano y vivo es del 3%.
Un exhaustivo informe realizado por el movimiento SaveSoil, destaca las formas directas e indirectas a través de las cuales la salud del suelo influye en distintos aspectos de la vida humana, incluida la nutrición, la salud mental y la calidad de vida. Cuando hablamos de crisis del suelo, hablamos de crisis de salud.
Las Naciones Unidas ha emitido un informe alertando de la necesidad urgente de adoptar medidas de gran alcance que permitan revitalizar el suelo, la agricultura y los ecosistemas para evitar un deterioro más severo del ya existente, dada la magnitud de los efectos que supondría.
Existe un claro consenso científico en cuanto al hecho de que en estos momentos la degradación del suelo es una de las mayores amenazas existentes para la salud y se señala el incremento de la gran cantidad de riesgos e impactos negativos que está generando para el planeta y los seres vivos.
El movimiento Save Soil que cuenta con el respaldo del PNUMA, la CLD, la FAO, el PMA y la UICN, también pide que se reconozca la regeneración del suelo como una prioridad de salud pública. Dado que la amenaza ya se está manifestando, la atención sanitaria puede llegar a convertirse en un reto, de no revertirse la situación.
"Esperamos que el gobierno de España, lleve esto más allá creando una política dedicada a la salud del suelo que incentive a los agricultores a aumentar la materia orgánica de los suelos. Esto garantizará que los ciudadanos tengan una mayor posibilidad de obtener diversos beneficios para la salud". -Praveena Sridhar, directora técnica de Save Soil, autora principal del análisis
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Hallazgos clave del informe:
- Calidad nutricional y desnutrición: un suelo rico en materia orgánica conduce a un mayor rendimiento de los cultivos y una mejor calidad nutricional de los alimentos. El deterioro continuo de la salud del suelo contribuye directamente a la pérdida nutricional de los alimentos (el contenido de proteínas en el trigo disminuyó un 23 por ciento entre 1955 y 2016). Los alimentos ricos en nutrientes, apoyan la microbiota intestinal que desempeña un papel crucial en la regulación del estado de ánimo, el sistema inmunológico y la salud mental y física.
El contacto físico directo con la tierra puede mejorar la salud intestinal: los humanos compartimos muchos grupos bacterianos comunes con el suelo y los estudios han demostrado que el contacto directo con la tierra afecta positivamente a la diversidad de la microbiota y la salud intestinal.
La degradación del suelo está acelerando la desnutrición y malnutrición global, en particular la llamada "hambre oculta" que se produce cuando la calidad de los alimentos no satisface los requisitos básicos nutricionales. El análisis destaca que el hambre oculta afecta a más del 50% de los niños menores de cinco años y al 66% de las mujeres en todo el mundo.
- Salud mental: Hay nutrientes que son esenciales para la salud mental. El informe destaca que las deficiencias en micronutrientes clave como B1, B6 y B9, a menudo debidas a una mala salud del suelo, están vinculadas a trastornos de salud mental como la depresión y la ansiedad. La mala salud del suelo también está relacionada con deficiencias de magnesio, hierro y zinc que se relacionan con un funcionamiento neurológico adecuado. La conexión entre nuestra microbiota intestinal y nuestra producción de serotonina y dopamina también ha sido bien establecida.
- Servicios ecosistémicos y entornos de vida: El análisis señala que los suelos sanos son fundamentales para mantener el aire y el agua limpios y los climas estables, lo que contribuye a mejorar los entornos y por tanto la calidad de vida. La degradación de los suelos genera islas de calor urbanas, deteriorando la calidad del aire e incrementando la vulnerabilidad ante los desastres naturales, lo que afecta directamente a la resiliencia de las comunidades y en consecuencia a la salud pública.
- Bienestar de los agricultores: Existe un evidente vínculo entre la salud de los suelos agrícolas y la salud mental de los agricultores, ya que son los más directamente afectados por su degradación. Estudios realizados en India, Sri Lanka, EE.UU, Canadá, Inglaterra y Australia, muestran entre los agricultores tasas de suicidio más altas que en la población general. El análisis destaca que mejorar la salud del suelo con el consiguiente incremento de su capacidad productiva, puede aliviar muchas de las tensiones económicas y ambientales que contribuyen a esta crisis.
Una llamada a la acción - Citas de apoyo
Dra. Uma Naidoo, psiquiatra nutricional de la Facultad de Medicina de Harvard: "La biodiversidad del suelo realmente afecta la biodiversidad de la microbiota intestinal y la salud de su microbiota está relacionada científicamente con cambios en la salud del cuerpo y el cerebro. Pensar en los alimentos que se están comiendo de manera consciente puede tener un impacto real".
"La salud de nuestros suelos está intrínsecamente vinculada a nuestra salud física y mental. Ignorar la degradación del suelo no es solo un problema ambiental; es una amenaza directa a la salud pública mundial. La materia orgánica del suelo es fundamental para unos suelos fértiles y vivos, y restaurarla debe ser un punto clave de la agenda en la COP29 y la COP16". - Praveena Sridhar, directora técnica de Save Soil, autora principal del informe