Un reciente estudio, publicado en el British Journal of Nutrition y realizado bajo condiciones de doble ciego con grupo de control con placebo, ha demostrado que los suplementos de aceite de pescado superan al consumo de pescado en la mejora de ciertos marcadores clave de salud relacionados con los ácidos grasos omega-3.
Durante las 12 semanas que duró la investigación, 42 participantes fueron distribuidos en tres grupos. Uno de ellos recibió suplementos de aceite de pescado junto con pescado blanco, otro consumió pescado azul y un placebo, y el tercero, pescado blanco y placebo. Sorprendentemente, solo el grupo que tomó los suplementos experimentó una reducción significativa de vesículas extracelulares (EVs) en el torrente sanguíneo, un biomarcador emergente vinculado a múltiples enfermedades.
Las vesículas extracelulares son pequeñas partículas liberadas por las células que, aunque no se replican, transportan fragmentos de ADN y pueden influir en otras células. Están implicadas en diversos procesos patológicos como el cáncer, enfermedades neurodegenerativas, problemas cardiovasculares, inflamación crónica y envejecimiento. No obstante, también cumplen funciones beneficiosas, como prolongar la memoria inmunológica de las células T o actuar como elementos senolíticos.
Este hallazgo desafía las recomendaciones nutricionales tradicionales que defienden la obtención de nutrientes únicamente a través de alimentos. Aunque el pescado azul y blanco sigue siendo fuente natural de omega-3, no logra generar el mismo impacto fisiológico que los suplementos.
El diseño del estudio refuerza la solidez de los resultados: fue aleatorizado y doble ciego, es decir, ni los investigadores ni los participantes sabían qué tratamiento recibía cada persona, reduciendo así posibles sesgos.
La investigadora científica Dra. Rhonda Patrick, conocida por su trabajo en nutrición, ha subrayado la importancia del EPA y el DHA —las principales formas de omega-3— en la salud y longevidad humanas. Según datos recogidos por Patrick, niveles bajos de omega-3 pueden aumentar el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares al mismo nivel que el tabaquismo.
El estudio también sugiere que para alcanzar los beneficios más relevantes para la salud, es necesario consumir entre 1.750 y 2.500 miligramos diarios de omega-3, una cifra difícil de lograr solo mediante el consumo de pescado.
A pesar del número limitado de participantes, el enfoque metodológico riguroso y la duración del estudio refuerzan una conclusión clara: quienes buscan optimizar sus niveles de omega-3 y sus beneficios asociados deberían considerar seriamente el uso de suplementos, más allá del pescado en la dieta.