jueves. 21.11.2024

A los padres les preocupa sobre todo la variante delta, que ha supuesto el aumento de hospitalizaciones pediátricas por COVID-19, sobre todo en zonas con tasa de vacunación bajas y los estados donde la mascarilla no es obligatoria.

También algunos temen que sus hijos se hayan quedado atrás académicamente hablando, o socialicen menos, tras un año sin clases presenciales.

La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda la educación presencial, pero también el uso de mascarillas y una autorización rápida para vacunar a los menores de 12 años.

Algunos de los consejos para que los niños se adapten sin problema:

  • Hablar de la importancia de las vacunas y las mascarillas: los padres deben hablar y concienciar a sus hijos de que el regreso es seguro, “Proyectar esa tranquilidad va a ayudar mucho”, dice Bode, quien también es pediatra general en el Nationwide Children’s Hospital. Si el niño es demasiado pequeño para recibir la vacuna y está ansioso por volver al colegio, hay que asegúrale que los expertos están trabajando para que la vacuna esté disponible lo antes posible, y que sus pediatras están dispuestos a ayudar.
  • Aceptar los posibles desvíos académicos: los niños necesitarán tiempo para ponerse al día, dice Bode, los padres deberán acompañarles en este camino imperfecto  con mensajes como: “puede que haya algo que te hayas perdido, simplemente vamos a tener que trabajar juntos en ello”.
  • Volver con seguridad a las actividades sociales: “La mayoría de mis pacientes que estuvieron en educación a distancia el año pasado tuvieron un año realmente difícil”, dijo Shriver. “No estaban aprendiendo bien, se sentían solos, la mayoría no tenía actividades externas como el deporte”, y muchos de esos niños tuvieron dificultades físicas y mentales.
  • Reinventar la rutina: puede que en este año de pandemia los niños hayan desordenado sus horarios de comida y sueño, para ayudar a los hijos a volver a la rutina es buena opción que no tengan una pantalla delante una hora antes de acostarse y que la cena no sea demasiado tarde.
  • Ofrecer apoyo cuando sea necesario: Cuando los niños se sienten vulnerables, necesitan más afecto físico, seguridad y reconocimiento de sus sentimientos", dice Shriver. "En momentos de estrés, hazle saber a tu hijo que estás ahí al aumentar la atención y la interacción que le brindas en casa" añade. Si el niño parece preocupado o expresa miedo o ansiedad, se ha de escuchar que le preocupa y reconocer que son momentos complicados. No deben descalificarse. Es importante preguntar regularmente cómo ha ido el día, que cada uno cuente una anécdota, y mantener conversaciones individuales.

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