Àlex y José, dos jóvenes que arreglan zapatillas de segunda mano para los más necesitados en Badalona

En Instagram: @kickspelbarri

Àlex y José son dos jóvenes de Badalona que han creado el proyecto 'Kicks pel barri'. Esta iniciativa solidaria se basa en darle una segunda vida a las zapatillas usadas para dárselas a personas necesitadas. Por ahora ya han conseguido repartir más de 60 pares de zapatillas y tienen por reparar unas 200.

Estos primos empezaron a trabajar en la idea después del confinamiento. Según cuenta Àlex, hablando de su primo: "Me dijo que de la misma forma que nosotros no podemos comprar según que bambas, porque son muy caras, hay personas que no pueden ni siquiera comprarse unas, a partir de ahí vimos que podíamos reparar las nuestras que ya no usábamos y dárselas a alguien que las necesitase"

En ese momento empezaron a decorar sus propias zapatillas y se crearon una cuenta en redes. Pero el proyecto solidario en sí comenzó cuando "un día íbamos por la calle y vimos a un hombre tumbado con las zapatillas rotas. Le pregunté qué número hacía, me dijo un 44, subí a casa a buscar unas bambas que habíamos reparados y se las di. A partir de ahí empezó el boca a boca", explica el joven.

Se hicieron muy populares en redes, llegando a ganar 500 seguidores en un solo día. Las donaciones no tardaron en llegar, tal y como cuenta José: "De un día para otro la gente empezó a traernos pares de zapatos. Primero fue gente del barrio pero poco a poco se dio a conocer en otras zonas de la ciudad. A raíz del baloncesto conocimos también a muchas familias que no pueden comprar bambas a sus hijos y los chavales no pueden jugar, así que se las empezamos a hacer también a ellos. Además, nos hemos puesto en contacto con casales de Badalona y nos ayudaran a repartirlas a las personas sin techo en los comedores sociales".

Esta labor es completamente social, sin interés económico. Los dos jóvenes comentan que lo mejor para ellos es ver la felicidad de las personas que reciben las zapatillas: "Nosotros cobramos cuando viene alguien, pica a la puerta y se lleva una zapatilla feliz. Esta es nuestra recompensa, no nos hace falta más. Va dedicado para ellos, el simple hecho de saber que a la gente no le hace falta colarse en contenedores para coger bambas o robar porque no le llega el dinero, nosotros se la damos", matiza Àlex.