Un matrimonio de Cádiz se jubila como familia de acogida: Han adoptado temporalmente a 23 niños en 15 años

Acogida. ARCHIVO

Pepe Luna y Maru Cardenete, de 80 y 72 años respectivamente, se jubilan como familia acogedora. El matrimonio, de El Puerto de Santa María (Cádiz) ha dedicado quince años a acoger, y aseguran que nunca lo olvidarán porque "te enriquece un montón".

El matrimonio ha recibido en Cádiz el homenaje de la Junta de Andalucía y de la Fundación Márgenes y Vínculos por su trabajo acogiendo a niños y niñas tutelados que han vivido con ellos en su casa de El Puerto de Santa María.

"Nosotros no nos jubilamos, a nosotros nos jubilan con toda la razón del mundo", dicen en una entrevista con EFE Pepe y Maru, que han recibido en Cádiz el homenaje de la Junta de Andalucía y de la Fundación Márgenes y Vínculos por su trabajo acogiendo a niños y niñas tutelados que, por diferentes circunstancias, han vivido con ellos en su casa de El Puerto de Santa María.

Durante estos años han acogido a 23 menores tutelados sin interrupción, pero ahora deben jubilarse, siendo las primeras personas de Andalucía que lo hacen como familia acogedora. "Nosotros no nos jubilamos, a nosotros nos jubilan con toda la razón del mundo", dicen en una entrevista con EFE Pepe y Maru.

Ahora su casa estará un poco más deshabitada, aunque siguen contando con su único hijo biológico, de 36 años.

Explican que se hicieron familia acogedora sin pensárselo mucho, estaban desayunando en un bar y en la portada del periódico apareció que se buscaba gente para ello.

"Yo sabía que había familias que tenían niños de acogida, pero nunca se me ocurrió que lo hiciéramos nosotros", dice Maru. Llamaron al teléfono que salía en el periódico y poco tiempo después comenzaban la experiencia de sus vidas.

El matrimonio durante el homenaje

"Yo creo que tenía el síndrome del nido vacío. Tenía todo el tiempo del mundo, y espacio. A mí los niños me vuelven loca", cuenta. El primero en llegar a su vida fue Aarón, un niño que no llegaba a los dos años y con el que vivieron ocho meses, hasta que lo adoptó una familia.

“Lo que no sabíamos era la pena tan grande que se tiene cuando se van, se llevan parte de ti", indica Maru, para quien la primera despedida fue "el dolor más grande" mientras que en las siguientes ya "aguantaba las lágrimas.”

A Maru y a Pepe les gusto tanto la primera experiencia que quisieron "exprimirla al máximo" y por ello nunca se han tomado un descanso, incluso algunos años acogieron a dos niños a la vez.

La mayoría de los acogidos han sido bebés. Aunque han tenido también niños y niñas más mayores, hasta de 8 años. "En esos casos es en los que te das cuenta de que de verdad estas ayudando, traen una mochila de sufrimiento que no veas", indica.

La directora del programa de acogimiento familiar de la Fundación Márgenes y Vínculos, María Jesús Fernández, asegura que, como Pepe y Maru, prácticamente todas las personas y familias que participan en estos acogimientos se "enganchan".

Asegura que siempre se necesitan familias acogedoras, que son variadas: las de urgencia (de un máximo de seis meses), las temporales (por un periodo máximo de dos años) o las permanentes, que evitan que menores que no tienen muchas opciones de adopción o que mantienen el vínculo con su familia biológica, vivan en centro de acogida. Hasta hay opciones de ser familia de acogida solo durante fines de semana o vacaciones.