José Sánchez Gandía, quien falleció a principios de 2024 a causa de un cáncer, dejó en su testamento una significativa voluntad solidaria. El vecino de Villena (Alicante) destinó parte de su herencia al apoyo de la investigación sobre el cáncer infantil. En virtud de este gesto, el Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe) ha recibido una donación con la que pondrá en marcha la "Beca Pepe Sánchez para el Presente y Futuro en la Investigación del Cáncer Infantil".
Con una dotación inicial de 40.000 euros, la beca financiará dos proyectos clave en la lucha contra el neuroblastoma de alto riesgo. Estos estudios están siendo dirigidos por el doctor Jaime Font de Mora, quien se enfoca en el desarrollo de un fármaco contra las oncoproteínas MYC, responsables de más de la mitad de los cánceres. Además, la investigadora predoctoral Nuria Martínez abordará los mecanismos moleculares que favorecen un microambiente inmunosupresor en los neuroblastomas. En el futuro, el IIS La Fe realizará una campaña de captación de fondos online para aumentar la cuantía de la beca.
El legado de José Sánchez Gandía es el último de una serie de donaciones que contribuyen al impulso de la investigación en este centro. Cabe recordar que en 2017, el IIS La Fe recibió también la herencia de María Jordá Sanz, una costurera valenciana que decidió destinar su patrimonio a la investigación en oncología y cardiología. Este fue el primer legado solidario de este tipo en la historia del centro. Con esta donación, en 2024 nacieron las Ayudas María Jordá Sanz, que financian cinco proyectos de investigación en oncología y cardiología. En noviembre de 2024, se lanzó una nueva convocatoria para continuar con la labor de la costurera valenciana.
Por otro lado, según datos de la plataforma 'Haztestamentosolidario.org', en 2023, las entidades sin ánimo de lucro como el IIS La Fe recibieron un total de 54 millones de euros en herencias. Estos legados, en su mayoría destinados a la investigación, se han convertido en una forma valiosa de contribuir al bienestar de los pacientes y de la sociedad en general. Hacer un testamento solidario no requiere un gran patrimonio y, además, las entidades solidarias no están sujetas al pago de impuestos de sucesión, por lo que los fondos recibidos se destinan íntegramente a proyectos con impacto real.