Nada más empezar este artículo, se puede ver que los números que consigue Ibai son bastante elevados. No solo en el programa de Jordi Évole de anoche, también en su propio canal que gestiona él mismo. Empezó su viaje en Internet creando una cuenta en Youtube con sus colegas. A día de hoy, con 25 años y la cabeza muy bien amueblada, gana casi un millón de dólares al año. Esta cifra es grande pero es el resultado de su trabajo diario con sus principios claros. En la entrevista de anoche, lo deja claro.
El programa empieza con una conversación telefónica con su padre, el cual sigue viviendo en un piso que según sus palabras "es más pequeño que el salón de su hijo". En la casa que vive ahora Ibai ha llegado a vivir el ex-jugador del Barcelona Samuel Eto'o, una casa con espacio suficiente para que vivan y trabajen cinco streamers con cancha de baloncesto, pista de pádel, sala de juegos e incluso una discoteca.
Su carrera empezó cuando decidía que iba a estudiar y le dieron una oportunidad de vivir en Barcelona. Tras esa decisión, menciona que fue su peor año, llegando a sufrir una depresión muy dura. Después de ello, poco a poco se daría a conocer por sus comentarios en competiciones de eSports, o por mucho más contenido. En el caso de un servidor, conocí a Ibai mientras comentaba una competición internacional de un deporte que desde pequeños hemos jugado: el pilla pilla. Esto es solo un ejemplo de la gran variedad del streamer.
En la entrevista, Évole le pregunta que tiene para que los jóvenes de ahora se fijen en él. Explica que al igual que todos nosotros que vemos alguna obra audiovisual, ya sea serie, película o un programa de televisión, el espectador busca esa evasión de la realidad. Por unos instantes no pensar y ver contenido diferente a tu vida. El trabajo que tiene a sus espaldas es el de ser streamer o creador de contenido. En sus directos habla tanto de un vídeo que se ha hecho viral, como por ejemplo el domingo pasado, que acabó comentando el derbi madrileño Atlético de Madrid contra Real Madrid. Sus ingresos vienen de la gente que le apoya económicamente en su canal. No tiene una empresa que le diga que hacer o que le pague un sueldo fijo. De hecho, hasta hace poco pertenecía a G2, pero acabó formando su propia empresa basada en la amistad que tiene con los demás convivientes en la casa.
Esta vida que se refleja en la obra de Jordi Évole, parece idealizada y que cualquier niño querría tener. En estas cuestiones es donde vemos que Ibai lo tiene claro. Tanto en la entrevista como en sus directos, dice que su caso es uno entre un millón. ¿Puede pasarle a cualquiera? sí, pero no es lo normal. Ibai prioriza los estudios antes que ser creador de contenido. No quiere que la gente siga sus pasos, él no dio el paso de convertirse en streamer hasta que vio que podía vivir de ello. Siguió trabajando hasta llegar a conseguir lo que todos querríamos alguna vez en nuestra vida (y ahora con el covid algunos lo han conseguido), trabajar en pijama.
Évole le consigue sacar sus números de ingresos y rozan los 100.000$ al mes, pero aún teniendo tal cantidad de ingresos, su cabeza sigue amueblada. En la entrevista deja claro su conciencia de clase y que sus valores valen más que el dinero. Ha rechazado contratos con bancos por no ser la imagen de alguien que puede ser la causa de un desahucio. Incluso contratos con casas de apuestas por no parecerle ético trabajar con las empresas que acabaron con su tío o con su barrio que ahora está plagado de ellas (como la gran mayoría de barrios obreros en nuestro país, donde sacan más ingresos).
Su poder mediático es tal que en la entrevista citan 2 hechos y hacen un experimento. En la tarde de nochebuena le habló por Twitter el presidente del gobierno Pedro Sánchez, y en nochevieja dio sus propias campanadas con más de 500.000 personas mirándolo en directo, una de ellas, el ex-ministro de sanidad Salvador Illa, que aparece en el programa unos minutos para comprobar la veracidad de su tuit. El experimento llevado a cabo fue escribir un tuit tanto Ibai como Jordi Évole a la vez. Ambos tienen un número parecido en cuanto a seguidores. En la siguiente foto veréis el resultado.
Otro de los temas más calientes a día de hoy es la mudanza de los youtubers a Andorra. Ibai se moja diciendo que él no se va, aún sabiendo que le vendría bien para cosechar más dinero. Este tema no es nuevo, ya que de hace años muchos empresarios y deportistas se iban a Andorra y se callaban. Ahora sonó más debido a que los streamers han sacado pecho admitiendo que se van bajo su propia decisión y consecuencias. En el caso de Ibai, dice una frase tan polémica como verdadera: "Pienso que cuanto más ganas, más debes de pagar". Él está pagando lo que debe en el país donde vive y donde quiere estar, citando a Jordi Évole diré: Ni Hacienda con el mejor eslogan resumiría tan bien el tema como lo acaba de hacer Ibai.
Seguimos con diferentes temas polémicos, en este caso la toxicidad. Es el tema principal de la canción que creó Lucas Requena a partir de unas declaraciones de Ibai en su canal: "Toxicidad fuera". Este termino en nuestros tiempos actuales va muy ligado a las redes sociales, ya que en ellas está el escudo del anonimato, que te permite criticar a lo que quieras sin llegar a mostrar tu cara. Esta toxicidad persigue a todo aquel que tenga éxito, que no caiga bien o que simplemente sea diferente a la norma.
En la entrevista hacen mención a las mujeres streamers, las cuales van apareciendo cada vez más en este panorama. Es una lastima que en esa toxicidad a la que ellas se enfrentan predomine un sector garrulo y patriarcal que las ataca no por su trabajo si no por el simple hecho de ser mujeres. Esta es una lucha feminista que lleva más de 100 años de antigüedad y que aún debemos de combatir entre todos, dando el mismo espacio a las mujeres como se lo vienen dando a los hombres a lo largo de la historia.
Ya acabando la entrevista, Évole le pregunta a Ibai donde se ve en un futuro, cuando no siga haciendo directos. Él le contesta que alejado de la sociedad en un pueblo de Euskadi tranquilo con su negocio propio como una panadería. Esta es la mejor conclusión que se puede sacar de esta entrevista. El dinero puede cambiar a la gente, pero si tienes la cabeza bien puesta y con los pies en la tierra, no lo necesitas. Puedes hacer lo que quieras y como quieras con tus valores claros. Deja la toxicidad fuera, no hace bien a nadie. Saca la buena vibra pues el mundo no está hecho para odiar, sino para respetarnos a todes.