La Semana Santa se acerca ¿Volvemos a salir?
Antes de levantar falsas esperanzas: la pandemia no ha acabado y el Covid-19 aún sigue entre nosotros, en nuestras calles y hogares. Estamos combatiendo al virus con datos cada vez mejores, ya solo contando con los de Córdoba, se ha empezado el mes de marzo con números de altas tres veces superior a los nuevos contagios. Pero al igual que antes de navidades la curva parecía más plana, lo parece también ahora a las puertas de la Semana Santa.
Debemos de tener una visión crítica, los números son mejores que en diciembre y la incidencia del coronavirus es más baja. Aún así, sigue siendo una pandemia que está costando controlar, pero la sociedad residente en España no nos rendimos, nos esforzamos por cumplir las normas para poder deshacernos de este virus de una vez por todas. Si nos fijamos en la situación vivida previa a las navidades, no se sabía que normas se iban a establecer hasta unos días antes. Los bares en algunas zonas de España abrían con tiempo muy reducido, otros con limitación en cuanto número de personas reunidas en la mesa. El toque de queda se alargó para que los comercios, sin importar su tamaño, pudieran ingresar algo de capital para que la cuesta de enero no empezara con tantas pérdidas. Aprovechando estas “nuevas libertades”, nos reunimos con nuestros seres queridos, la familia, los allegados y los amigos que solo ves en estas fechas tan señaladas. Todo suena muy bien, lo malo fue la organización, algo que pedimos que se mejore de cara a la Semana Santa.
Tras las festividades navideñas la economía llegó a salir un poco del fango, aunque en cuanto a nosotros, la sociedad del día a día, las restricciones volvieron y se nos privó de esas nuevas libertades que mencionaba antes. La tercera ola estaba en camino y a pesar de las normas establecidas por el gobierno, existieron muchos casos que no las siguieron y los demás nos comimos las consecuencias. Esta ya es la tercera vez que queremos doblegar la curva de contagios pero si no somos listos, acabaremos en una cuarta ola y quedara más que demostrado que el ser humano es el único animal que se tropieza más de dos veces contra la misma piedra. En este caso hasta parece que la buscamos para partirla con la cabeza.
Hemos entrado en marzo, quedan cuatro semanas para el comienzo de la Semana Santa. En las cámaras del gobierno ya están sonando frases como “salvar la Semana Santa”. Ante el descenso de los datos económicos del país, la Semana Santa podría ser un alzamiento de estos valores para intentar conseguir una reflotación de la economía. Ya no hablamos del consumismo propio de las navidades, pero si de un empujón hacia el turismo. Gracias al turismo nacional, no solo llegas a conocer mejor el país (y más España con tantas regiones y zonas tan diversas), también se enriquece la nación con el mismo dinero que se gana en él. No podríamos hablar del PIB, ya que en comparación con el año anterior (2019) seguimos con datos que caen en picado, pero si comparamos con el resto del año 2020 si que podríamos llegar a ver un pequeño incremento. La Semana Santa podría ser un incremento más. El año pasado sobre estas fechas ya nos preparábamos para estar encerrados en casa. Como consecuencia de esto, se acabó endeudando a las familias más pobres y cerrando negocios por falta de ingresos pero con continuidad de los impuestos a pagar. No solo se mantuvieron los impuestos, si no que al empezar nuevo año se ha incrementado tanto la factura de la luz como las tasas de autónomo. Aún con estos datos, pocos se atreverían a irse a Andorra pero muchos hablarían.
Ahora los políticos hablarán de las medidas a tomar en Semana Santa, pero con la experiencia que tenemos de esta pandemia, sabemos que las normas las pueden cambiar unas horas antes de que empiecen las vacaciones. Esperemos no estrellarnos contra esa piedra otra vez. Esta claro que si las incidencias han bajado para entonces, el gobierno permitirá el movimiento dentro de las comunidades autónomas. Si hablamos ya de movimientos entre las comunidades habrá que esperar a ver los resultados en tres semanas y la organización entre las comunidades autónomas con el gobierno central. Por ejemplo, hace unos días que se abrió la hostelería en la comunidad valenciana pero no se asegura que en Semana Santa se pueda visitar. Como personas que tan solo queremos que se acabe el virus, que podamos movernos y viajar libremente, nos queda esperar a que el gobierno aprenda de sus errores y se organice mejor.