Cuando vivimos a contra reloj empezamos a disfrutar de las pequeñas cosas que se hacen con calma. A veces hay que bajarle un poco la velocidad a la vida y pararte a ver las cosas a cámara lenta. Esto te ayudará a recuperar esa calma y relax que tanto anhelas.
SIN PAUSA PERO SIN PRISA
Desde el 2020 los expertos han podido visualizar tanto en YouTube como en Google que las tendencias han ido cambiando reflejando los nuevos hábitos de consumo. Los datos reflejan que la demanda de contenido slow living ha aumentado considerablemente respecto al año pasado con motivo de la pandemia y el confinamiento. Esta vida sin prisas se ha convertido en el modelo de vida para muchas personas que han decidido bajar ese nivel de vida basado en prisas y funcionar a cámara rápida. Ahora se apuesta por la tranquilidad, la calma y el sosiego.
APUESTA POR LO ARTESANAL
Durante el tiempo que permanecimos en casa muchas personas se aficionaron a la repostería, y una de las claves para que esas tartas, bizcochos, pasteles e incluso panes salgan perfectos es respetar los tiempos. En la rutina normal muchas veces no tenemos tiempo para hacer nada y preferimos comprar las cosas ya hechas por ahorrarnos tiempo perdiendo la magia de lo artesano. Pero dentro de lo malo de estar confinados hemos conseguido sacar algo bueno: hacer las cosas sin prisa, con calma y respetando sus tiempos. Desde la repostería hasta leerte ese libro que tanto te gusta o tejer una manta de crochet. Aprendemos no solo a vivir sin prisa, sino a disfrutar de las cosas más sencillas que al final resultan ser las más esenciales y las que nos aportan esa felicidad.
HYGGE
Llevas meses practicando el hygge pero aún no sabes lo que es. Se trata de un estilo de vida danés para alcanzar el bienestar pleno que consiste en una particular forma de entender y de disfrutar la vida basada en los planes sencillos, confortables y relajados en soledad o en buena compañía. En definitiva, disfrutar de las pequeñas cosas que al final del día son las que nos hacen felices, como escuchar tu canción preferida, el calor de un rayo de sol, oler una flor, la brisa, quedar para desayunar…
BAJA EL RITMO
Algo que nos ha enseñado la pandemia es que todo no está en nuestras manos, y que querer no es siempre poder. Hay que aprender priorizar y darle a las cosas la importancia que tienen. Algunas recomendaciones para bajar ese ritmo y vivir más en calma son:
Una de las enseñanzas de la pandemia es que no podemos controlarlo todo. Es necesario priorizar y
- Andar, conducir, y comer más despacio y siempre sentado.
- Desconectar del trabajo al terminar la jornada.
- Conocer el nombre de nuestros vecinos, hablar con amigos y conocidos e interesarnos por ellos.
- Practicar un consumo responsable. No aliviar las frustraciones con pequeñas compras que te producen una felicidad efímera.
- Meditar, por el bien de tu salud física y mental.
- Parar, sentir que respiras, regalarte pequeños momentos.
- Practicar la desconexión digital.