Diariamente nuestros labios están sometidos a continuos cambios de temperatura y, ahora con el uso de la mascarilla más. Esto unido al constante uso de labiales y al consumo de algunas bebidas o comidas hace que necesitemos urgentemente exfoliar nuestro labio.
La exfoliación sirve para eliminar células muertas e impurezas, teniendo como objetivo conseguir una suavidad y limpieza completa, en este caso, de los labios. Así ayudamos a la piel al proceso natural de regeneración de células y le damos un aspecto más vivo. Este proceso es ideal para devolverle a tus labios su color natural y lucirlos más jugosos que nunca.
Lo adecuado sería exfoliar nuestros labios una o dos veces por semana, aplicando después un buen bálsamo que sea hidratante. Si no realizamos adecuadamente estos pasos nos arriesgamos a tener unos labios en los que se vean las capas de células muertas y muy resecos.
No se recomienda dormir con el exfoliante aplicado en los labios. Se debe aplicar un cantidad bastante generosa en los labios y frotar el de arriba con el de abajo para conseguir eliminar esas pieles muertas. Después, debemos retirarlo con un pañuelo o con un poco de agua, a poder ser tibia.
Dependiendo del exfoliante llevará unos ingredientes u otros, pero lo básico y que normalmente todos poseen es una base de azúcar y bálsamo, que pueden ir acompañados de aceites para hidratar como aceite de coco, de argán...
Además de utilizar un buen bálsamo hidratante, es totalmente necesario e imprescindible beber 2 litros de agua diarios para que los labios estén completamente hidratados y no se estropeen.