Así lo recoge la resolución firmada por Alba y que el Ayuntamiento de Bujalance ha difundido en su perfil oficial de Facebook, consultado por Europa Press, en el que se señala que durante el periodo de luto oficial, decretado “como testimonio del dolor de la Corporación Municipal y del pueblo de Bujalance por el fallecimiento” de Lavirgen, “las banderas, en todos los edificios municipales, ondearán a media asta y con crespón negro”.
Junto a ello, el Ayuntamiento ha querido “mostrar las condolencias y solidaridad de este Ayuntamiento y de todos los vecinos de Bujalance a la familia y amigos” de Lavirgen y, además, “durante los tres días de luto se habilitará un libro de condolencias en el hall del Ayuntamiento de Bujalance”.
Nacido en Bujalance en 1930, Pedro Lavirgen formó parte del coro del Teatro de la Zarzuela durante un tiempo, tras un breve paso por el Coro de Cámara de Radio Nacional de España y mientras iniciaba estudios en Madrid, tanto en el Conservatorio como en la Escuela Superior de Arte Dramático. Completó su formación técnica con el también cantante Miguel Barrosa. Una de sus primeras presentaciones en público tuvo lugar en Zaragoza, en 1959, cantando la parte del tenor en Marina de Arrieta.
Después de trabajar con José Tamayo en la Compañía Lírica Amadeo Vives, en 1964 debuta en México a nivel internacional con Aída de Verdi. Ese mismo año interpreta el papel de Don José, en la ópera Carmen, de Bizet, en el Teatro del Liceo de Barcelona, coliseo en el que actuó durante dieciocho años consecutivos.
En 1976 debuta en la Scala de Milán, de nuevo como Radames (Aida) junto a Montserrat Caballé. A éste le siguieron los debuts en la Staatsoper de Viena (donde actuó durante doce temporadas), en el Metropolitan de Nueva York, en el Colón de Buenos Aires, en la Arena de Verona y en las óperas de San Francisco, Múnich o Berlín, llegando su voz incluso a los escenarios de Tokyo.
Pedro Lavirgen triunfó como cantante en los principales escenarios españoles. Retirado de los escenarios en 1993, desde entonces desempeñó su labor docente desde la cátedra de canto en el Real Conservatorio de Madrid.
A lo largo de su amplia trayectoria, Lavirgen atesoró un repertorio extenso y sumamente exigente, cuajado de papeles para tenor dramático y spinto, como Calaf en Turandot, Don José en Carmen, Cavaradossi en Tosca, Manrico en Il trovatore, Radames en Aida, Canio en Pagliacci y un largo etcétera.