La protección de la infancia y la mejora de las condiciones de vida de niñas, niños, adolescentes y jóvenes son aspectos claves para el desarrollo social de cualquier territorio. Esa capacidad transformadora de la sociedad que reside en los programas y políticas enfocadas a la generación de oportunidades para los menores de edad se explicita, de hecho, en la Agenda 2030, la hoja de ruta propuesta por Naciones Unidas y que cuenta con consenso mundial. La Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, a través de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID), es la responsable de canalizar la solidaridad de las andaluzas y andaluces con este objetivo. "Si hay algo de lo que creo que podemos estar orgullosas y orgullosos es del espíritu solidario que históricamente ha distinguido a Andalucía. Un espíritu presente ya en nuestro Estatuto de Autonomía, que nos sitúa en un marco idóneo para quienes trabajamos en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030", señala Rocío Ruiz.
La pandemia ha puesto de manifiesto que vivimos en un mundo interconectado y que el concepto de ciudadanía debe, por tanto, entenderse como un concepto global. Por ello, los grandes problemas a los que se enfrentan Andalucía y otros territorios solo pueden afrontarse con una mirada integradora, global y solidaria. Una visión que Andalucía ha incorporado de forma transversal en sus políticas sociales y, de forma específica, en sus políticas de cooperación al desarrollo. "Con su capilaridad, su capacidad de impacto local, su carácter innovador, su profesionalización y su clara identificación con el territorio, la cooperación andaluza posibilita que los recursos lleguen donde más se necesitan y donde mayor potencia transformadora pueden adquirir: allí donde sucede la vida de las personas", apunta Ruiz.
En 2019, Andalucía lanzó su Plan Andaluz de Cooperación al Desarrollo (PACODE), un documento maestro elaborado con todos los agentes y entidades andaluzas que desarrollan programas y proyectos de cooperación al desarrollo. Este Plan, vigente hasta 2023, alinea la política de cooperación andaluza con la Agenda 2030 mediante la integración en todas las políticas del Gobierno andaluz, para convertirla en un eje vertebrador para el logro del desarrollo sostenible en los términos que marcan los ODS y sus metas.
Dicho Plan señala el Norte de África y el África Subsahariana como territorios priorizados por las actuaciones de la cooperación andaluza, en los que se están desarrollando proyectos destinados a una mejora de las condiciones de vida y de las posibilidades de desarrollo propio de estas comunidades, junto con la protección de la infancia y la mejora de oportunidades de las personas más jóvenes que pueden tener un futuro en su tierra. Unas iniciativas que se llevan a cabo con administraciones locales, ongd, entidades y universidades andaluzas y, también, a través de acciones de cooperación directa lideradas por la AACID.
Protección a la infancia en el norte de Marruecos
La protección de los niños y niñas en Andalucía ha sido, precisamente, uno de los ejes fundamentales de la acción de gobierno en estos dos años de legislatura, que han culminado con la aprobación, por mayoría parlamentaria, de la nueva Ley de Infancia y Adolescencia. Una preocupación que trasciende fronteras. "En las regiones del norte de Marruecos, Andalucía apoya desde hace más de una década un programa muy ambicioso en materia de protección de la infancia para que niñas y niños procedentes del medio rural y sin recursos puedan estudiar y tener un futuro en su país", señala Jorge Téllez, responsable de la AACID del Área del Mediterráneo y África subsahariana.
Así, detalla que este programa "busca reducir el fracaso escolar como uno de los motivos de la tasa de abandono escolar mediante actuaciones estratégicas orientadas a la generación de oportunidades de desarrollo de adolescentes, niños y niñas, la protección de sus derechos y a que no se vean en la necesidad de arriesgar su vida en la búsqueda de un presente y un futuro mejor". En este proyecto, Andalucía aporta recursos y su experiencia en formación de personal educador, desarrollo de infraestructuras para la docencia y sensibilización de las familias sobre la importancia de la educación para el futuro. Gracias a este apoyo, se han formado cuadros docentes y desarrollado 37 aulas.
Como complemento a este programa, se están realizando actuaciones en materia de protección social de la infancia mediante la formación de las personas que trabajan en este ámbito. Hasta la fecha, se ha actuado directamente sobre 17 centros de protección social y se ha formado a más de 300 personas funcionarias y responsables de dichos centros en la gestión administrativa, marco legal e ingeniería social. Asimismo, durante este tiempo se han producido intercambios profesionales entre la Administración marroquí y la Junta de Andalucía con visitas a la red andaluza de centros de protección de menores a fin de generar sinergias, intercambiar conocimiento y compartir buenas prácticas que incidan en una mejor atención y bienestar de estos adolescentes, niños y niñas.
A estas actuaciones, se suman diversos programas realizados por ongd y otras entidades que reciben el apoyo de la Consejería de Igualdad, como el proyecto de Mujeres en Zona de Conflicto (MZC) en Larache, Chaouen y Ouezzane, encaminado a acortar la brecha digital en la educación mediante la mejora de las competencias digitales tanto del profesorado como del alumnado, contribuyendo a la alfabetización digital, especialmente de mujeres rurales. O la iniciativa desarrollada por la Asamblea de Cooperación por la Paz, que trabaja con centros educativos de barrios populares de Tánger, donde llega éxodo rural y migrantes subsaharianos con el objetivo de facilitar su integración y garantizar la protección y derechos de estas personas menores.
Construyendo oportunidades en Senegal
"No solo trabajamos frente a nuestras costas, sino que también penetramos en África hasta llegar al Sahel, que ha sido siempre conocida como una de las zonas con mayor movimiento migratorio del planeta", explica Pablo Domínguez, coordinador para África Occidental de la AACID. "Es uno de los territorios de Senegal donde el fenómeno de la migración irregular hacia Europa, bien a Canarias o por las rutas que suben por tierra hacia el norte, es más frecuente debido a la especial intensidad de distintos factores de expulsión que están en el origen de estos flujos migratorios", concluye.
Domínguez, que desarrolla su labor en terreno, señala que "entre los factores que dificultan el cambio de situación se encuentra la existencia de modelos nacionales de desarrollo muy centralizados y poco sostenibles que agudizan los desequilibrios entre grupos sociales y entre el campo y la ciudad". También menciona la escasa participación real de los territorios en la planificación y el seguimiento de las políticas de desarrollo; la persistencia de desigualdades de género y de altas tasa de fecundidad, especialmente en zonas rurales; o la presión ejercida por la población sobre los recursos naturales explotados de manera extensiva. "Tampoco podemos olvidar el débil acceso a los servicios de base de calidad y las limitaciones del sistema educativo público para promover oportunidades de empleo y ascenso social", añade.
Así, en Senegal, la AACID viene desarrollando en los últimos años proyectos dirigidos tanto a mejorar las condiciones de vida de las personas en situación vulnerable en materia de acceso al agua potable, la prevención de la malnutrición y la mejora de la seguridad alimentaria, como a promover el acceso a la formación profesional de jóvenes, la creación de microempresas o la promoción de la participación de mujeres y jóvenes en los espacios de decisión.
Entre ellos, destaca el apoyo de la Junta de Andalucía a la Agencia Nacional para la Promoción del Empleo de Jóvenes de Senegal para la inserción, en el sector formal, de jóvenes que ejercen actividades económicas en el sector informal, algo posible mediante el refuerzo de capacidades técnicas y de gestión, la instalación, equipamiento y acompañamiento para la creación de pequeñas empresas o el acceso a la financiación.
También destaca la intervención para la mejora de la productividad y la comercialización en la región de Saint Louis, que ejecuta la Agencia Regional de Desarrollo de Saint Louis (ARD/SL), con el que se están reforzando las capacidades de los jóvenes mediante la creación de cooperativas y pequeñas empresas agrícolas a través de la formación en técnicas de producción transformación y comercialización, gestión administrativa y del apoyo para el acceso a la tierra y la financiación de jóvenes de la región. Este programa ha permitido ya poner en marcha una granja escuela municipal dedicada a la agricultura, piscicultura y ganadería que forma cada año a 50 jóvenes en técnicas de producción, explotación y comercio.
Otra de las líneas de cooperación directa es la que se lleva a cabo con la Dirección Regional de Desarrollo Rural (Ministerio de Agricultura y del Equipamiento Rural), que está logrando mejorar las condiciones de vida de 80 jóvenes y 300 mujeres gracias a la aplicación de buenas prácticas agronómicas y la modernización de sistemas de drenaje y regadío. La intervención, diseñada con el apoyo del Instituto de Agricultura Sostenible de Córdoba (entidad dependiente del CSIC) y la Universidad Gaston Berger de Saint Louis, da respuesta a las dificultades de la población en la zona de Gandiol, en la desembocadura del río Senegal, frente a factores de expulsión como la disminución de los recursos pesqueros, el cambio climático y la salinización de las tierras.
A esto se suman diversas iniciativas impulsadas por los ayuntamientos a través del Fondo Andaluz de Municipios para la Solidaridad Internacional (FAMSI). Así, la AACID colabora con las diputaciones de Huelva y Jaén y el Ayuntamiento de Córdoba en diversos Centros de Formación Profesional de Senegal, que han formado ya a 25 mujeres en el procesamiento de productos locales para su valorización comercial y a 15 jóvenes en construcción de maquinaria agrícola adaptada a la demanda local.
Generar oportunidades significa también proteger a los niños, niñas y adolescentes y favorecer que puedan recibir una educación de calidad en entornos seguros. En este sentido, en Senegal también apoyan distintos proyectos dirigidos a menores. Según UNICEF, en el año 2017 uno de cada diez niños de entre 5 y 17 años estaba en situación de vulnerabilidad en la región senegalesa de Dakar y más de 7.600 niñas y niños en situación de ruptura familiar y mendicidad. Entre estos casos se encuentran los menores que sufren explotación infantil de la mano de las mafias o de sus propias familias. Esto incluye trabajo o tráfico infantil, prostitución y matrimonios forzados de menores.
La Consejería de Igualdad participa en el Consejo de Protección de la Infancia de Dakar, plataforma liderada por la Célula de Apoyo a la Protección de la Niñez (CAPE)que reúne a los actores públicos con competencias en la materia y entidades implicadas de la sociedad civil. Con esta célula, la AACID ejecuta uno de los proyectos destinados al apoyo institucional al sistema de protección de la infancia en Senegal enmarcado en el Plan Nacional de Retirada de los Niños de la Calle. Este programa permite dar apoyo, a través de centros públicos y privados, a 1.000 menores en situación de ruptura familiar que viven en la calle. Se les proporciona manutención, alojamiento, asistencia sanitaria y apoyo psicosocial, pero también se busca el retorno a sus familias a través de un trabajo de mediación con la familia y la comunidad con el que se espera conseguir que al menos 200 lo consigan.
De forma paralela, se está realizando todo un trabajo de fortalecimiento de las instituciones mediante la formación de los miembros de los Comités Departamentales y Comunales de Protección de la Infancia en materia de Derechos Humanos y protección de la infancia.
Cooperación andaluza en Mali
En Mali, la región de Kayes es la principal zona de origen de las migraciones hacia Europa dada su economía basada en la agricultura y ganadería transhumante y las dificultades que deben afrontar debidas al cambio climático y a la confrontación con otros grupos por los recursos. "A estas dificultades se añade la inestabilidad política en el país, instalada desde la guerra de 2012 y confrontada a los golpes de Estado en 2017 y 2020 y la 'ausencia' del Gobierno, que no tiene capacidad para proporcionar servicios de base a la población, que dibujan un escenario donde se superponen distintos factores de expulsión y se refuerza como alternativa el proyecto migratorio hacia una Europa", añade Jorge Téllez.
Conforme a las orientaciones de la cooperación española en Mali a través de distintas ongd presentes en la zona, la AACID interviene en Kayes con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de la población mediante el acceso a servicios básicos y la capacidad de generar oportunidades laborales y de desarrollo en el entorno, a través de la agricultura principalmente. Es el caso de la iniciativa desarrollada con Farmamundi, destinada a fortalecer las capacidades de resiliencia de las comunidades agrícolas o el proyecto que está ejecutando Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad para promover el acceso a los servicios de salud y a la educación de estas poblaciones.