La escritora Almudena Grandes, fallecida hace un año, ha recibido este jueves 20 de septiembre un homenaje en la Feria del Libro de Frankfurt en el que editores y autores que compartieron varios momentos de su vida han destacado su "compromiso totalmente creíble".
"Recuerdo que, cuando la conocí, en Berlín había una fila enorme para firmar sus libros. Eso lo tenía, era impresionante la capacidad de escuchar a la gente y su empatía hacia el otro: hablaba con cualquiera como si fuera su amigo", ha señalado Piero Salabè, su editor en Alemania.
Salabè ha recordado también cómo "alguien tan habladora estuvo una hora callada", coincidiendo con la visita al campo de concentración de Dachau --"fue un momento muy emocionante", ha añadido--. "Conocerla fue un regalo personal como ser humano y editor. Se ha hablado mucho de que era una buena persona, pero no hay que serlo para ser buena autora. Y aquí coincidían", ha destacado.
En presencia del director del Cervantes, Luis García Montero, también ha intervenido en la mesa de homenaje el escritor Fernando Aramburu, quien coincidió con Grandes en varias ocasiones. "La recuerdo tras una lectura en una librería de Hannover y lo primero que hizo cuando terminó fue sacar el móvil y llamar a su hija: era una persona esencialmente tierna", ha remarcado.
"La he visto en una situación en que dejó la mesa por desavenencias de tipo político y ella prefería contestar por escrito mejor que un rifirrafe dialéctico. Tenía un proyecto y militancia, pero era lo suficientemente lista para no verter sus opiniones en las novelas", ha resaltado el escritor vasco.
Por su parte, su editor en España, Juan Cerezo, ha destacado la "lealtad" como uno de sus rasgos "maravillosos". "Tenía una autenticidad que todos sus lectores apreciaban y ella siempre se definía como una escritora que era 'un perro verde'. Decía: 'mi editor es mi agente también y estoy muy a gusto'", ha recordado.
Por último, la dinamizadora cultural Michi Strausfeld ha explicado que Grandes "mantenía su personalidad intacta, a pesar de variar en cada libro su técnica y los temas". "Tenía un compromiso muy serio con la sociedad y también opiniones contundentes de las que se podían discrepar, pero siempre como una invitación para pensar", ha concluido.