Gracias a un equipo internacional de investigación, junto con la participación de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales han descubierto vértebras fósiles de dos millones de años de "Australopithecus sediba", una especie ya extinta de un antiguo pariente humano.
Junto con las vértebras descubiertas previamente y las de esta nueva aparición han conseguido formar una de las columnas lumbares mas completas del registro fósil y permiten aportar una idea de como este antiguo pariente humano caminaba y trepaba.
Los fósiles fueron descubiertos en el 2015 durante una excavación de una vía minera que corre junto al Malapa, Patrimonio Mundial y Cuna de la Humanidad, al noreste de Johannesburgo (Sudáfrica).
Los científicos afirmaron que las vértebras encontradas databan de dos millones de años atrás, descritas en un estudio recuperado con herramientas de morfología virtual en una roca consolidada de similitud al cemento, conocida como brecha.
La preparación de los fósiles se llevó a cabo de forma virtual para así evitar dañarlos al manipularlos manualmente, se escanearon en la Universidad de Witwatersrand, y se añadieron las vértebras a los fósiles recuperados del trabajo anterior, este descubrimiento estableció que, al igual que los humanos, sedibia tenía solo cinco vértebras lumbares,
Los investigadores quisieron apodar al esqueleto como "Issa" (protector en suajili). El hallazgo de los nuevos especímenes significa que ahora "Issa" se convierte en uno de los dos primeros esqueletos de homínidos que conservan tanto la columna inferior relativamente completa como una dentición del mismo individuo, lo que permite tener certeza sobre a que especie pertenece la columna vertebral.
El estudio también demuestra que la lordosis de sedibia era incluso mas extrema que en cualquier otro australopitecus descubierto hasta el momento. De hecho el grado de curvatura de la columna observada solo fue superada por la observada en la columna vertebral del niño Tukana de Kenia, hace 1,6 millones de años.