martes. 26.11.2024

Un día cualquiera en la cafetería del hospital de Granada aparecía una pareja de bailarines hecha con servilletas. Pasan los días y a los 21 días, otra pareja. De esta manera empezó a construirse el misterio de los bailarines del Hospital Clínico de San Cecilio que cada tres semanas aparecían bailando por Granada y todos desconocían quién los sacaba.

El propio hospital hizo un comunicado a través de sus redes sociales para encontrar al autor. "Desde hace tiempo un artista misterioso deja estos bailarines hechos con servilletas en la cafetería", mencionaba la publicación de Twitter, "Nos gustaría encontrar a esta persona que no deja de sorprendernos para agradecérselo de un modo especial".

La respuesta no tardó en descubrirse, puesto que un comentario desveló el misterio: "Pues esta persona no lo está pasando últimamente muy bien está pasando por una mala racha de salud estos meses, pero hacer este tipo de manualidades le relaja, distrae y le ayuda a seguir adelante. Es mi padre", anunció su hijo Jorge Molina.

El autor de esta bonita iniciativa de servilletas danzantes del hospital de Granada se llama Paco Molina, pero todo el mundo le conoce como Paco el del gasoil porque trabajó en gasolineras. "Pero la mayor parte del tiempo trabajé en un taller mecánico", dice el propio Paco, "allí formé a más de 300 personas". Nació en Salobreña, pero ha vivido casi toda su vida en Padul.

A pesar de su labor siempre ha tenido tiempo para un hobbie, en su caso, las manualidades que se convirtieron en su gran pasión. "Hace miniaturas", dice su esposa Lola Almendros y con orgullo enumera todos sus trabajos: la feria de Padul, la Semana Santa, los nazarenos... "Y las bandas", añade también Paco. Todas sus manualidades comparten un espacio en común con las colecciones de radios que también guarda.

Un método de relajación de papel

Una vez jubilado y con pocas cosas que hacer, sus manos no pararon de hacer manualidades. "Yo puedo estar hablando contigo y con el papel de un caramelo te estoy haciendo sin darme cuenta una muñeca", explica Paco. Realiza todo tipo de formas: muñecas, elefantes, perros o bailarinas.

A Paco le diagnosticaron un cáncer de colon a los 81 años. "Todo va bien de momento", dice su esposa. La operación tuvo lugar en noviembre del año pasado y desde aquello cada 21 días debe ir al hospital para realizar el tratamiento de quimio.

"Tenemos que estar a las nueve", dice Paco, pero la quimio no empieza hasta las diez y media. Hasta que lleguen la hora, esperan en la cafetería del hospital. Mientras espera, sus manos intranquilas disfrazan sus inquietudes en bailarines y bailarinas que puede dejar sobre la mesa. La última vez que lo hizo, alguien le pidió que se lo diera, le hicieron una foto y lo demás es el comienzo de esta historia: un hospital buscando al paciente que cada tres semanas saca a bailar a unos simples papeles. “Ayer por fin salimos de dudas y conocimos a nuestro "artista desconocido", mencionaba la cuenta de Twitter del hospital. “Hablamos con Paco y su inseparable Lola que nos contaron su historia y vinieron cargados de nuevos diseños”.

El paciente de las bailarinas de papel del hospital clínico San Cecilio