Rafa Nadal ha vuelto a encontrarse con el tenista férreo y ganador que tantas glorias ha dado al tenis español y no ha no fallado en una nueva cita en Roma, en la final del Masters 1000 ante el número 1 del mundo y "enemigo" eterno, Novak Djokovic.
Además lo ha vuelto a lograr de forma épica, ya que el tenista serbio igualó con autoridad el encuentro con un 6-1 tras comenzar ganando Nadal el primer set por 7-5, para acabar sometiéndole el español por 6-3 en el último y definitivo set.
No fue en absoluto un partido fácil. Djokovic comenzó anotándose los dos primeros juegos, que rápidamente igualó Rafa Nadal superando también el break, en una muestra de máxima igualdad.
Su contrincante le hacía exprimirse al máximo para ganar cada punto, y le exigía el 100% en colocación, técnica e intensidad.
El primer set, tras ir empatados en su desarrollo, terminó con la rotura de servicio del manacorí, que se anotó el primero de los sets por 7-5.
El segundo set también comenzó con máxima igualdad y con el tenista serbio espoleado para tratar de igualar el marcador.
La igualdad volvió en el segundo set, con juegos disputados hasta el último punto y el Djokovic inició su remontada desde el tercer juego, anotándose consecutivamente todos los diputados para lograr ganarlo por 6-1.
Pero como decíamos, la épica, en el momento que más cuesta arriba parecía tener Rafa Nadal el partido, volvió a aparecer.
No es fácil, tener que superar un 6-1 con un contrincante espoleado y de la calidad de Djokovic, y anotarse el partido. Y eso solo lo puede lograr un tenista de la categoría de Nadal que superó en fortaleza mental, intensidad, y en coraje al número 1 del mundo para anotarse el tercer y definitivo parcial por 6-3.
El español volvía a ganar en Roma, el "Emperador" se anotaba su X título en este torneo, y avisaba al gran tenista serbio que sigue siendo el número 1 de la tierra batida y que aún le queda cuerda.