Rosa María Sánchez, en su estudio “Mujer y bicicleta en el siglo XIX”, señalaba que “la bicicleta no sólo dio autonomía e independencia a las mujeres, sino que también les permitió ir más allá de los barrios en los que residían, a la vez que les brindó una nueva sensación de libertad”. Y es que como bien dice la frase de la feminista y sufragista Susan B. Antonhy: “La bicicleta ha hecho más por la emancipación de las mujeres que cualquier otra cosa en el mundo”, afirmaba hace 200 años.
A día de hoy, Kailey Kornhauser y Marley Blonsky, dos mujeres de Oregón (Estados Unidos) siguen pensando lo mismo. La bicicleta las ha reconciliado con sus propios cuerpos. Kailey y Marle, dicho por ellas, están gordas. Esto ha influido siempre en sus vidas e incluso en su personalidad. Sienten vergüenza por su peso e incluso lloran cuando hablan de el, todo por no poseer una fisonomía adaptada a los cánones.
Ambas aman este deporte y salían a montar en bici por separado cuenta, a pesar de tener que soportar miradas examinadoras de la gente. “Para ser ciclista sólo tienes que ser una persona montando en bici”, dice Marley.
Entonces contactaron a través de Instagram y concluyeron que en la comunidad ciclista había una gran ausencia de gordas. Organizaron talleres, contactaron con los fabricantes y emprendieron la aventura de sus vidas: realizarían la ruta por la Cordillera Costera de Oregón, una aventura de 60 millas (unos 96 kilómetros) que afrontarían en dos etapas.
Esta aventura ha sido grabada en el vídeo 'All Bodies on Bikes'. Tanto su travesía cicloturista y sus confesiones han quedado reflejadas en el video respaldado por el gigante de componentes japonés Shimano. Las dos ciclistas se enfrentan cosas muy duras, como a sus fantasmas, a la relación negativa con su cuerpo, pensamientos intrusivos provocados por su peso y a la necesidad de construir “un nuevo relato” sobre la condición del sobrepeso.
“La gente piensa que los gordos somos vagos, feos y poco atractivos”, explica Marley. Pero “todo el mundo está preparado para moverse”, y ellas lo hacen. “Soy más fuerte de lo que yo misma pensaba”, admite Marley.
