El hielo, que se sitúa como uno de los mejores remedios ante el calor comienza a escasear y las grandes superficies de alimentación no pueden asegurar el suministro. Con la llegada de las diferentes olas de calor a toda la península, el consumo de hielo en nuestro país ha ido aumentando y tal es la situación que los supermercados se han visto obligados a racionar temporalmente los sacos y bolsas de hielo. Los distribuidores no dan a basto y los proveedores declaran estar al límite.
Después de ver baldas de los supermercados vacías por la ausencia de papel higiénico al comienzo del confinamiento por la pandemia del COVID-19 o de sufrir el racionamiento y la escasez en los supermercados del aceite de girasol cuando comenzó la guerra de Ucrania, ahora es el turno del hielo que comienza a estar limitado en muchos supermercados. Dos bolsas por persona y día, un saco o cinco bolsas por cliente, depende del supermercado o la zona el limite es uno u otro.
Los productores han explicado que los motivos para haber llegado a ese problema de falta de existencias se registran en la subida del coste de fabricación y exportación. El precio del plástico para el embalaje, el combustible para el transporte o la electricidad de las maquinas se ha disparado desde que aumentó el precio de la luz. Todo ello sumado con la alta demanda por las altas temperaturas registradas, han provocado que el suministro este al limite.
Ante esta situación y con el aumento de los precios por la inflación puede que algunas personas estén haciendo almacenamiento de bolsas de hielo en sus hogares para evitar comprar cuando suban de precio por los costes elevados de producción y transporte. Las empresas fabricantes advierten de que la venta de hielo puede agotarse en los próximos días, mientras que la demanda no para de subir, su oferta no puede seguir ese ritmo.