La Comisión Europea ha propuesto este miércoles exigir a los Estados miembros que reduzcan, de aquí a 2030, el desperdicio de alimentos un 30% per cápita en restaurantes, supermercados y hogares y en un 10% en la fabricación y procesado, al tiempo que busca responsabilizar a los productores de textiles de cubrir los costes de gestión de sus residuos.
Estas propuestas forman parte del paquete que ha presentado Bruselas para fomentar la economía circular de alimentos y tejidos y que persigue reducir el desperdicio que generan estos sectores al tiempo que se fomenta el reciclado, lo que derivará también en una reducción de las emisiones.
Según ha advertido el Ejecutivo comunitario, la UE genera cada año cerca de 59 millones de toneladas de residuos alimentarios --131 kilos por habitante--, lo que representa una pérdida estimada de 132.000 millones de euros, al tiempo que se desperdicia alrededor del 10% de todos los alimentos suministrados a supermercados, restaurantes, comedores u hospitales, entre otros. por ejemplo, comedores escolares y corporativos, hospitales, etc.) y hogares.
Además, el impacto ambiental de este desperdicio de alimentos representa 252 millones de toneladas de equivalentes de dióxido de carbono (CO2), alrededor del 16% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero del sistema alimentario de la UE, tanto que si el desperdicio de alimentos fuera un Estado miembro, sería el quinto mayor emisor de emisiones de gases de efecto invernadero.
No obstante, la legislación en materia de desperdicios alimentarios, incluye una cláusula de revisión del progreso realizado para finales de 2027 con la posibilidad de corregir el rumbo si la evidencia sugiere que la UE puede contribuir aún más hacia la ambición global, ya que la UE La UE se ha comprometido, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita en el comercio minorista y el consumidor para 2030.
REDUCCIÓN DE RESIDUOS TEXTILES
En lo que respecta al textil, la UE genera 12,6 millones de toneladas de residuos textiles al año de los que solo el 22% se reutiliza o recicla, por lo que la Comisión propone que sean los productores quienes cubran los costes de gestión de estos residuos, lo que también les dará incentivos para reducirlos y aumentar la circularidad de los productos textiles.
La cantidad que los productores pagarán al esquema de responsabilidad ampliada se ajustará en función del desempeño ambiental de los textiles, un principio conocido como 'eco-modulación'.
Las normas comunes de responsabilidad de los productores también facilitarán a los Estados miembro la aplicación del requisito de recoger los textiles por separado a partir de 2025 , de conformidad con la legislación actual. Las contribuciones de los productores financiarán inversiones en capacidades de recolección separada, clasificación, reutilización y reciclaje.