El 36% de las personas mayores de 65 años en España proporcionan cuidados a un familiar, el 35% ofrecen ayuda de distinto tipo a sus parientes y el 81% brindan apoyo económico a la generación más joven dentro de su familia, según una encuesta que también muestra la importancia que las personas jóvenes otorgan a estas aportaciones y el deseo de ambas partes de aumentar la interacción intergeneracional.
Además de en España, el sondeo se ha realizado en otros cinco países europeos (Irlanda, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido) en el marco del informe 'Uniendo Generaciones. Construyendo el camino hacia la solidaridad intergeneracional en España', impulsado por Edwards Lifesciences, empresa que desarrolla innovaciones frente a enfermedades cardiacas estructurales y cuidados críticos.
España, donde se encuestó a 2.304 personas, lidera la lista de los seis países en distintos ámbitos: personas mayores de 65 años que cuidan de un familiar (36%), que ofrecen ayuda a sus parientes (35%), que ayudan a personas ajenas a su familia (20%) y que proporcionan cuidados a personas ajenas a su familia (17%).
Además, España se sitúa a la cabeza en el porcentaje de mayores de 65 años que brindan apoyo económico a la generación más joven dentro de su familia. El 41% contribuyen a financiar la educación; el 32%, bienes para el hogar; y otro 32%, vacaciones y ocio.
EL 37% PARTICIPAN EN ACTIVIDADES DE VOLUNTARIADO
La encuesta también pone de manifiesto el compromiso de este sector de la población con sus entornos locales, ya que el 37% participan como voluntarios en asociaciones locales u organizaciones benéficas y el 7% son representantes electos de un pueblo, ciudad o ayuntamiento.
El 91% de los encuestados más jóvenes (entre 18 y 40 años) reconocen la importancia del respaldo que reciben de los mayores en su vida diaria: para el 58% es muy importante y para el 33% es algo importante. En este caso, el porcentaje es también el más alto entre los seis países incluidos en el estudio.
Otro aspecto destacado de la encuesta es la idea compartida por jóvenes y mayores de que una interacción más cercana entre las distintas generaciones es algo positivo (79%) más que negativo (5%). Esta idea está incluso más extendida entre las personas de entre 18 y 40 años (84%) que entre las mayores de 65 (75%).
En concreto, los participantes en el sondeo piensan que el beneficio más relevante que pueden generar las relaciones intergeneracionales es el aprendizaje (24%), el bienestar mental y emocional (21%) y el compañerismo o la amistad (16%).
Para los más jóvenes, lo más valioso que pueden aportarles las personas mayores es escucharles y darles consejos (62%), compartir conocimientos históricos y culturales (47%) y ofrecerles su compañía y amistad (44%).
Asimismo, los encuestados en España son los que se mostraron más propensos a tener un amigo de una generación diferente, en comparación con otros países europeos. De hecho, el 66% dijeron tener ya una amistad de este tipo, y otro 28% afirmaron estar dispuestos a tenerla.
MEJORAR LAS HABILIDADES DIGITALES
Para promover las relaciones intergeneracionales, las generaciones más jóvenes abogan por la transmisión de conocimientos culturales por parte de personas mayores a través de clubes o asociaciones (42%), una mayor presencia de los mayores en redes sociales, plataformas de mensajería e internet (40%) y más espacios físicos de encuentro entre todos (39%).
También proponen viviendas intergeneracionales (27%) y programas educativos o de mentoría ofrecidos por las Administraciones Públicas (25%) y por empresas (16%).
A los mayores de 65 años, por su parte, les gustaría tener un mayor conocimiento de la tecnología y los medios digitales (37%), que hubiera más espacios físicos para conocer gente de generaciones mayores (33%) y que se desarrollasen programas educativos o de mentoría por parte de las Administraciones Públicas (26%).
Por último, el estudio indica que la pandemia de Covid-19 ha sido uno de los principales aspectos que han impactado negativamente en las relaciones intergeneracionales, mencionado como tal por el 36% de los encuestados. Para un 49%, la pandemia ha provocado un mayor distanciamiento entre generaciones.
Otras barreras que se mencionan son la falta de tiempo (35%), la digitalización de la sociedad moderna (33%) y los estereotipos y creencias sobre los diferentes grupos de edad (30%).
A partir de los resultados del informe, la iniciativa 'Uniendo Generaciones' plantea tres medidas para fomentar las interacciones intergeneracionales y empoderar a las personas mayores: campañas para transformar la percepción del valor de las personas mayores y sus interacciones con las generaciones más jóvenes, mayores oportunidades de mentoría e intercambio de conocimientos y programas que ayuden a las personas mayores a interactuar más en el ámbito digital.
"OPORTUNIDAD DEMOGRÁFICA", EN VEZ DE "RETO DEMOGRÁFICO"
En la presentación del estudio en un acto celebrado en Madrid, el director de Edwards Lifesciences, Ramón García Furquet, ha incidido en la importancia de "transformar el discurso".
García Furquet ha defendido que, en vez de referirse al "reto demográfico" como algo negativo de cara al futuro por el envejecimiento de la población --en 2050 España tendrá 16 millones de personas con más de 65 años--, habría que hablar de la "oportunidad demográfica", porque "las personas mayores son miembros activos" que aportan beneficios a su comunidad y tienen "un papel fundamental en la cohesión de la sociedad".
En este sentido, ha señalado cómo han cambiado las cosas en comparación con la situación de hace 40 años, ya que actualmente los avances tecnológicos y la mejora de la salud han favorecido "un envejecimiento más activo" que permite que las personas, al hacerse mayores, puedan seguir colaborando en la sociedad.
Tras la presentación del informe, se ha celebrado una mesa redonda en la que han participado Santiago González Carrero, de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA); Irene Lebrusán Murillo, doctora en Sociología; José de Juan Saboya, director general de Silver Economy Group (consultora especializada en la población mayor); y María Rosa de Luna, una mujer de 85 años que ha contado su experiencia como voluntaria en distintos proyectos.
Para mejorar la solidaridad intergeneracional, González ha reclamado que "todas las cosas que se hagan para los mayores se hagan con los mayores", escuchándolos y contando con su opinión, y ha subrayado que estas personas pueden seguir siendo "activas y útiles en la sociedad". De forma similar opina De Juan, que ha resaltado la "enorme contribución social" de las personas de más de 65 años y cómo ha cambiado en las últimas décadas "la experiencia vital de ser mayor".
En opinión de Lebrusán, se necesitan más espacios para que personas de distintas generaciones puedan interactuar y relacionarse, en vez de ocupar zonas segregadas en las ciudades y pueblos, y De Luna ha apostado igualmente por promover encuentros entre mayores y jóvenes para facilitar la socialización y el intercambio de conocimientos.