El 82% de los jóvenes con discapacidad considera que la mayor barrera de acceso al empleo es de tipo cultural, es decir, que el simple hecho de tener una discapacidad supone ya una desventaja para competir con otros profesionales. El 18% restante cree que el factor que más perjudica es la insuficiente formación o la falta de experiencia.
Así se desprende de una encuesta realizada por la Fundación Adecco, en colaboración con Wärtsilä, que en la novena edición del informe 'Jóvenes con Discapacidad, motor de futuro' ha entrevistado a 253 personas con discapacidad menores de 30 años, de las cuales, un 89,8% nunca ha trabajado antes y está en búsqueda de su primer empleo. El estudio se ha dado a conocer en el marco del Día internacional de la Juventud, que se celebra este 12 de agosto.
La misma encuesta revela que el 56% de los jóvenes con discapacidad ha sentido rechazo o discriminación en su búsqueda de empleo: un 39% en la fase previa del currículum y un 72% en la propia entrevista de trabajo, donde cree que han puesto en duda o cuestionado sus capacidades y aptitudes para el desempeño.
Todo ello en un contexto en el que la tasa de paro de los jóvenes con discapacidad se sitúa en el 48,1%, superando "con creces" el ratio de desempleo de las personas de su generación (27,7%), según denuncia la Fundación Adecco tomando como base los datos del último informe del SEPE.
DISCAPACIDAD INTELECTUAL
El informe determina que el 55% de los jóvenes con discapacidad tiene una vocación concreta, pero no cree que pueda dedicarse a ella profesionalmente al no existir formaciones homologadas ni adecuadas para su tipo de discapacidad.
"Esta situación aplica sobre todo a los jóvenes con discapacidad intelectual. En la mayoría de los casos, se presupone que se desarrollarán profesionalmente en un centro de día, en un centro ocupacional o en un Centro Especial de Empleo, sin contemplar su verdadera vocación e intereses. Existen entidades que, fuera de los circuitos oficiales, están diseñando alternativas para que las personas con discapacidad se formen en áreas específicas, de mayor valor añadido. Aun así, cuesta mucho dar el paso a la empresa ordinaria", lamenta el director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero.
Mesonero argumenta que la ausencia de experiencia laboral, la alta competencia, las redes de contacto más limitadas entre los jóvenes o las expectativas y requisitos de las ofertas de empleo hacen que las personas que buscan su primer empleo, sobre todo en el caso de los jóvenes con discapacidad, "encuentren grandes dificultades".
Según el 8º informe 'Jóvenes con Discapacidad, motor de futuro', presentado el pasado año, las personas menores de 30 años con discapacidad tardan una media de 24,5 meses en encontrar empleo, reduciéndose este tiempo a la mitad entre las personas de su generación.
Esta realidad se traslada al imaginario cultural de los jóvenes con discapacidad, interiorizándose en su propia percepción. Así, el 86% ve "muy difícil" acceder a un primer empleo y más de tres cuartas partes (76,5%) cree que tardará más de un año en encontrarlo.
"Para equiparar las oportunidades de los jóvenes con discapacidad con el resto de personas de su generación, resulta crucial fomentar la sensibilización y formación de los empleadores, mejorar la accesibilidad en los lugares de trabajo e impulsar políticas activas de empleo, que proporcionen formación y apoyos adecuados para que los jóvenes con discapacidad puedan conectar con los sectores que hoy lideran la creación de empleo", explica Mesonero.
AUTOESTIMA E INDEPENDENCIA ECONÓMICA, PRINCIPALES MOTIVACIONES
Las motivaciones de los jóvenes con discapacidad para trabajar comparten muchas similitudes con las de las personas de su generación, pero presentan ciertos matices, según señala la Fundación Adecco, quien destaca que "es significativo" que el aspecto que más valoran los jóvenes con discapacidad es la posibilidad de incrementar su autoestima y realizarse profesionalmente (72,3%).
Por otra parte, un 68,4% tiene como principal objetivo ser independiente económicamente y un 55% desea incrementar su círculo social y red de contactos. Por último, un 51% aspira, a través del empleo, a conseguir una vida estable y normalizada.
Mesonero destaca que, para los jóvenes con discapacidad, "el empleo trasciende la mera obtención de un salario, convirtiéndose en un instrumento clave para fortalecer su autoestima y crear redes de contactos que potencien su inclusión social y profesional".
El estudio ofrece también un decálogo con claves para encontrar un primer empleo, dirigidas a jóvenes con discapacidad, como identificar sus habilidades y destacarlas en el currículum; redactar una carta de motivación o presentación; formarse en áreas relacionadas con el empleo que se busca; convertir la discapacidad en fortaleza; sacar provecho a la Inteligencia Artificial; usar servicios de apoyo y redes de contacto; buscar empresas inclusivas y programas especializados; apostar por la proactividad y la perseverancia; establecer objetivos claros y mantener una actitud positiva.